La actriz Nicole Eggert, recordada por su papel de Summer Quinn en la icónica serie de los 90, recientemente ha compartido detalles poco conocidos de su experiencia en el set. No todo fue sol y arena en las playas de California, según cuenta Eggert a Fox News Digital.
El secreto mejor guardado de Baywatch, según Eggert, reside en las duras condiciones climáticas. "La playa parecía el lugar más increíble para trabajar, pero los días fríos, lluviosos y las escenas en el océano fueron realmente difíciles", confesó la actriz de 52 años, quien actualmente enfrenta una batalla contra el cáncer de mama.
Temperaturas extremas, hipotermia constante y la búsqueda desesperada de una toalla seca fueron parte de la rutina diaria para Eggert y el elenco. "Había días en los que luchábamos contra la hipotermia", recuerda, pintando un cuadro muy diferente al de la imagen idílica proyectada en pantalla. La serie, que llegó a alcanzar 1.1 mil millones de espectadores semanales en su apogeo, oculta una realidad mucho más compleja tras las cámaras.
La actriz, quien abandonó la serie después de la cuarta temporada para enfocarse en su bienestar, reflexiona sobre el cambio en la percepción de la fama desde los años 90. "Hoy en día, la palabra 'celebridad' abarca muchas cosas. Pero me parece divertido cómo los actores de los 90 han vuelto a ser relevantes gracias a la nostalgia", comenta.
Más allá de las dificultades en el set, Eggert también habló sobre su lucha contra el cáncer de mama en estadio 2, diagnosticado en diciembre de 2023. Este reto personal, que incluyó una mastectomía, quimioterapia y radioterapia, ha sido un proceso difícil pero significativo, marcado por el apoyo de compañeros de elenco como Alexandra Paul, Erika Eleniak y David Chokachi.
El documental "Baywatch: Moment in the Sun", en el que participa Eggert, promete ofrecer una mirada más profunda a los altibajos de la vida detrás de las cámaras de esta serie icónica, revelando la realidad que se esconde tras el brillo del bronceado y las olas del Pacífico.
La experiencia, según relata, le ha enseñado a valorar la vida y a disfrutarla al máximo. El rodaje del documental, a pesar de la dificultad, se convirtió en un escape y motivación durante su tratamiento. Una perspectiva inesperada de la vida, la fama y el impacto global de un programa que marcó una época.