Yordi Rosado, el reconocido conductor de entrevistas que suele indagar en la intimidad de las celebridades, abrió su corazón en una conversación con Jorge "El Burro" Van Rankin, revelando un capítulo personal profundamente conmovedor: la pérdida de su padre. No se trató de una entrevista más sobre los famosos; fue una confesión íntima, llena de dolor y, a la vez, de un inmenso cariño.
La última conversación entre padre e hijo quedó grabada en la memoria de Yordi como un eco de una despedida silenciosa. "Me dijo 'Yordito, cómo estás, me sentí un poco mal hoy, algo que comí'. Estaban en su casa," recordó Yordi, describiendo la última llamada telefónica. La promesa de una visita al día siguiente, truncada por el destino, resuena con una crudeza desgarradora.
Llegando al aeropuerto alrededor de las 9 de la noche, Yordi se encontró con la inesperada dificultad de ver a su padre de inmediato. Un enfermero le aconsejó esperar hasta la mañana, "Mejor ya no porque luego cuesta mucho trabajo que se duerma", le dijo, explicando que su padre prefería vivir solo y contaba con ayuda externa. Esta aparente simpleza esconde la realidad de una decisión personal de independencia hasta el final.
Sin embargo, el amanecer no trajo el reencuentro esperado. A las 10:30 de la mañana, una llamada telefónica trajo la devastadora noticia: "Lamentablemente su papi falleció". El dolor fue inevitable, pero Yordi encontró consuelo en la perspectiva: "Sentí dolor, evidentemente, pero mucho agradecimiento por ese año y medio extra que nos dio".
Yordi describió a su padre como un hombre pleno, que "vivió como quiso, hizo lo que quiso". El proceso de despedida fue inusual, pero reflejo de la personalidad del difunto: "Lo hicimos todo muy rápido, el servicio muy rápido, y lo festejamos con felicidad. En el velorio pusimos música, andabamos platicando sin hablar bajito... Fue muy lindo". Detalles que muestran la forma única en que la familia honró su memoria. La complejidad de una relación padre-hijo, marcada por momentos de dificultad y, sin embargo, repleta de amor incondicional, se revela en estas memorias.
La simpleza de una llamada telefónica, una promesa incumplida y un final inesperado se convierten en un testimonio de vida, muerte y la complejidad de los lazos familiares, una narrativa que resuena con la experiencia humana universal.