No fue una decisión imperial, ni un decreto real; su origen es más terrenal, incluso, podríamos decir, comercial. Una de las hipótesis más extendidas apunta a 1909, un año de "excepcional cosecha de uva en la región de Alicante", según varias fuentes. Ante la abundancia, la ingeniosa estrategia de los agricultores fue asociar las uvas a la buena suerte del Año Nuevo, vendiéndolas en racimos de doce piezas como “uvas de la suerte”. Sin embargo, Luis González, del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Uva de Mesa embolsada de Viñalopó, pone en duda esta versión debido a las limitaciones tecnológicas de la época para conservar la fruta fresca.
Otra teoría, quizás más romántica, nos traslada a fines del siglo XIX. Se dice que la costumbre de comer uvas y brindar con champán en Nochevieja, importada posiblemente de Francia o Alemania, era una tradición de la burguesía madrileña. La gente del pueblo, en un acto de irónica imitación, adoptó la costumbre, reuniéndose en la Puerta del Sol para comer las uvas al son de las campanadas. Una broma que, con el paso del tiempo, se convirtió en tradición nacional.
La prensa de la época refuerza la idea. Artículos como “Las uvas bienhechoras” (El Siglo Futuro, 1894) y crónicas de El Correo Militar describen la creciente popularidad de esta peculiar celebración, con familias reunidas comiendo uvas al ritmo de las campanadas, culminando con un “¡Un año más!” colectivo. Para 1903, la costumbre ya se había extendido a Tenerife, y a principios del siglo XX, a toda España, para finalmente cruzar el Atlántico.
En Latinoamérica, la tradición se adaptó a cada cultura. En algunos países, se utilizan uvas pasas en vez de frescas. Pero más allá de su origen, las uvas en sí mismas ofrecen beneficios para la salud. Son ricas en vitaminas A, C y E, potasio, calcio y fósforo, fortaleciendo el sistema inmunológico y mejorando el ánimo. Sus antioxidantes combaten el estrés oxidativo, y algunos estudios incluso las relacionan con la disminución del colesterol LDL y el mejoramiento de la flora intestinal.
Las uvas blancas, además, contienen nutrientes beneficiosos para la salud ocular. Sin embargo, es importante recordar su alto contenido de azúcar, por lo que su consumo debe ser moderado, especialmente para personas con diabetes o dietas restringidas en carbohidratos.