El fallecimiento de Liam Payne, ex miembro de One Direction, ha conmocionado al mundo. Inicialmente reportada como una caída accidental desde el tercer piso de un hotel, la autopsia ha revelado un panorama más complejo. El informe médico oficial concluye que la causa de muerte fue por politraumatismos y hemorragia interna y externa, consecuencia de la caída. Esto, por el momento, descarta la hipótesis de un suicidio u homicidio intencional.
Sin embargo, la investigación, lejos de concluir, ha abierto nuevas líneas de interrogación. Entre los detenidos se encuentra Braian Paiz, un joven de 24 años, camarero en un restaurante de Puerto Madero, cuyo encuentro con Payne antes del incidente es considerado un punto crucial en la reconstrucción de los hechos. “Su testimonio es vital para entender la secuencia de eventos,” declaró una fuente cercana a la investigación bajo condición de anonimato.
Además de Paiz, la justicia ha procesado a otras cuatro personas: Ezequiel Pereyra, empleado del hotel Casa Sur, quien se encuentra prófugo; Roger Nores, un empresario; Gilda Martín, gerente del hotel; y Esteban Grassi, encargado del establecimiento. Estos tres últimos enfrentan cargos por homicidio culposo, una acusación que ha incrementado la tensión en el caso.
Un detalle perturbador emerge de la investigación: la Fiscalía afirma que se proporcionaron al menos cuatro suministros de estupefacientes a Payne durante su estancia en el hotel. La relación entre el posible consumo de drogas y el estado de "semi o total inconsciencia" en el que Payne pudo haberse encontrado al momento del accidente, es un elemento clave que la fiscalía está investigando a fondo. "Estamos analizando todos los indicios para determinar la cadena de responsabilidades," señalaron fuentes oficiales.
La investigación, mantenida bajo estricta reserva, promete más revelaciones en las próximas semanas. El proceso judicial se encuentra en curso, y cada detalle que emerge contribuye a un rompecabezas que, por ahora, aún se niega a mostrar su imagen completa.