El nombre de Cynthia Klitbo ha estado en boca de todos, no por un nuevo papel protagónico, sino por una situación personal que la ha puesto a prueba. En noviembre pasado, la actriz mexicana sufrió un fraude financiero que la dejó sin sus ahorros. Según sus declaraciones, la estafa se orquestó a través de una llamada telefónica donde “se hicieron pasar por empleados de mi banco y me convencieron de dar información confidencial,” explicó la artista.
El engaño, que tuvo lugar mientras se encontraba en México, tuvo como carnada falsos cargos no reconocidos en su tarjeta en San Francisco. Con esta artimaña lograron acceder a sus cuentas bancarias en Estados Unidos, dejando sus ahorros y cheques completamente vacíos.
Ante esta difícil situación, Cynthia ha tenido que tomar decisiones drásticas. La venta de un departamento en Estados Unidos, aunque dolorosa, se ha convertido en una medida necesaria para afrontar las consecuencias económicas del fraude. A esto se suma una disminución significativa en sus ingresos, complicando aún más su panorama financiero.
Pero la historia no termina ahí. La actriz, lejos de derrumbarse, ha demostrado una fortaleza admirable. En redes sociales, Cynthia Klitbo ha compartido su determinación con sus seguidores, explorando opciones laborales alternativas. “Tengo manitas, cocino bien, limpio perfecto ¡y tengo coche para Uber! Si me las veo negras, me pongo a manejar”, declaró con un toque de humor.
En medio de esta crisis, ha recibido el apoyo invaluable de amigos y colegas. Lucero Suárez le ha ofrecido un nuevo proyecto, mientras que Azela Robinson y el “Rey Grupero” le han brindado ayuda económica. A pesar de todo, Cynthia afirma: “No estoy triste, estoy sacando la fuerza que Dios me ha dado, porque no hay imposibles”.
La investigación del fraude continúa, con las autoridades ya identificando el banco receptor de los fondos. Sin embargo, el proceso para recuperar el dinero podría extenderse por meses. A pesar de la incertidumbre, Klitbo mantiene una actitud positiva y resiliente, demostrando que incluso en las situaciones más difíciles, la esperanza puede prevalecer y que, como ella misma afirma, “no hay trabajo que sea malo”.