Skai Jackson y Gavin Warren, los protagonistas, nos cuentan en una entrevista reciente cómo abordaron este escalofriante thriller basado en hechos reales. No se trata solo de sustos baratos, sino de un profundo respeto por las víctimas, un elemento crucial que marcó su experiencia durante el rodaje.
“Para mí, fue súper interesante porque… se enfocaba principalmente en las víctimas”, comenta Warren, reflexión que Skai comparte: “Mi mayor objetivo era conectar con Warren [el director]… e investigar a fondo. Quería asegurarme de representar a Patty correctamente”.
Ambos actores destacan la importancia de la colaboración con el director y la inmersión en la época. “Es una película de época, así que, por supuesto, ser respetuosos con la historia también era fundamental”, añade Jackson.
La película no solo explora el mito de la "camioneta blanca", sino que lo contextualiza. Warren señala: “Las camionetas blancas dan miedo por esta historia. Por eso todos les temen”. Skai recuerda la atmósfera en el set: “Estar en el set, viendo esa camioneta blanca… ¡era aterrador!”, pero añade: “Tuve que dejar de lado esos miedos modernos y enfocarme en cómo lo hubiera vivido Patty en los 70”.
La película muestra la evolución del símbolo: “Al principio, no era algo sospechoso, y luego, en la película, sí lo es”, explica Jackson.
Para recrear los años 70, tuvieron que enfrentarse a retos inesperados. "Lo que sí aprendí fue sobre los teléfonos”, dice Jackson riendo. “No sabía cómo llamar a alguien. Con un teléfono fijo, pensé: ‘Nunca podría. No sé cómo lo hacían’”. Warren, por su parte, recurrió a los relatos de su madre: “Mi mamá trabajó conmigo, y me contó un montón de cosas sobre cómo funcionaban las cosas en esa época”.
La película se centra en la empatía y la autenticidad. “Pensé que era súper interesante porque… las películas de terror siempre resaltan al enemigo”, afirma Warren. Para Jackson, fue fundamental la investigación exhaustiva: “Sentí que era difícil… pero poder colaborar con [el director] y conectar con el personaje fue muy útil”.
Más allá del terror, “El hombre de la camioneta blanca” es un homenaje a las vidas detrás del mito, un relato que busca honrar la memoria de las víctimas y no glorificar al perpetrador, un detalle crucial para comprender la sensibilidad con la que se ha abordado este proyecto cinematográfico.