Bárbara de Regil, la actriz que muchos recordamos de Rosario Tijeras, sabe de esto de primera mano. Hace quince años, un accidente devastó su hogar. "A mí se me incendió mi casa hace como quince años, un accidente y perdimos todo", confesó recientemente en una breve charla con la prensa.
El recuerdo, según explicó, la conecta profundamente con la tragedia que han vivido recientemente varias celebridades en California, entre ellas Eiza González, Karla Souza, Jaime Camil, Jorge Campos y Guillermo del Toro, quienes también vieron sus propiedades reducidas a cenizas por los incendios. La experiencia de perderlo todo, le proporciona una perspectiva única ante la magnitud del desastre.
“Yo sé lo que es entrar a tu casa y ver cenizas. Digo, aquí en México se quedó el cascarón; allá sí veo que todo se quema y eso debe ser una cosa espantosa”, relató la actriz, recordando el impacto emocional de la pérdida. No sólo la pérdida material, sino el tiempo y el esfuerzo invertidos en construir un hogar.
La ironía del destino quiso que la actriz casi se viera envuelta en la tragedia californiana. “Yo de hecho iba a ir a Los Ángeles el día que empezaron los incendios, y cancelé mi vuelo en la noche porque dije: ‘No, no me suena, no me suena’. Lo cancelé”, compartió. Un presentimiento, quizás, o solo una casualidad que la libró de una situación potencialmente desgarradora.
Para Bárbara, la experiencia la marcó profundamente. No solo comprendió la vulnerabilidad ante eventos inesperados, sino que también le enseñó a valorar lo material. "Sé lo que se siente entrar y decir: ‘no tengo nada’. O sea, tanto trabajas para tener la tele, y yo sé que lo material, dicen: ‘No, lo material no importa’. Claro que importa nuestra vida y que estemos bien, pero lo material también, porque al final trabajamos para tener una buena tele, una buena cama, y que se te queme todo, no, tu techo y todo, no", puntualizó.
De ahí que ahora sea sumamente precavida: “Yo siempre apago en la noche todo, y me fijo, revisó el gas, soy loca de eso, obviamente porque tuve una experiencia”. Una lección aprendida a fuego, literalmente.