Esta es la situación que enfrenta Barbara Lorber, propietaria del edificio ubicado en el número 66 de Perry Street, famoso por ser el hogar de Carrie Bradshaw en la serie "Sex and the City". Desde 1998, y con el reciente auge de "And Just Like That...", la afluencia de turistas se ha convertido en un torbellino incesante. "A cualquier hora del día o la noche, hay grupos de visitantes...", explica Lorber en una carta dirigida a las autoridades de conservación, una misiva donde describe una realidad que se ha prolongado por casi tres décadas.
Inicialmente, una simple cadena y algunos carteles de "propiedad privada" intentaron controlar el flujo de visitantes. Pero, la situación escaló. Los turistas, impulsados por la nostalgia y la emoción de estar frente al icónico lugar, sobrepasaron las barreras. "Saltaban la cadena, se tomaban fotos, subían las escaleras, incluso intentaban abrir la puerta principal", relata la propietaria, evidenciando la falta de respeto a la propiedad privada y la creciente preocupación por el vandalismo.
Ante la Comisión de Conservación de Monumentos, Lorber, con una evidente tristeza en su voz, solicitó una solución definitiva a este problema que ha impactado la calidad de vida de los residentes del edificio, donde viven tres familias. Su solicitud: la autorización para instalar una verja metálica que finalmente proteja su hogar y el de sus vecinos.
La solicitud no estuvo exenta de apoyo. Su vecina de enfrente, también afectada por la situación, habló de las amenazas recibidas al intentar controlar la multitud. Incluso, algunos turistas mostraron su comprensión. "Creo que es mejor para las fotos y videos, para ella y su privacidad", comentó Angela Guerra, una turista de Texas, reflejando una opinión compartida por muchos. Un contrapunto interesante a la situación.
La historia, sin embargo, tiene un giro inesperado. Lorber admite que nadie anticipó la magnitud del fenómeno. “Me dio lástima el joven encargado de localizaciones… me dijo que si no conseguía ESTA casa, perdería su primer trabajo de verdad en el sector”, confesó en su carta, revelando un poco de la presión implícita en la elección de la locación. El tiempo dirá si la verja devolverá la tranquilidad al número 66 de Perry Street.