Esta historia explora precisamente eso, la dualidad de sentimientos que surgen tras un largo periodo de separación.
Nazanin Zaghari-Ratcliffe, una escritora y periodista británica de 47 años, pasó seis años en la infame prisión de Evin en Irán. Detenida en 2016 por la Guardia Revolucionaria iraní mientras intentaba regresar al Reino Unido con su hija de 22 meses tras una visita familiar por Nowruz (Año Nuevo iraní), su arresto estuvo envuelto en un velo de incertidumbre, siendo posteriormente sentenciada por supuestos intentos de derrocar al gobierno iraní.
Tras extensas negociaciones diplomáticas y una campaña sostenida por su liberación, Zaghari-Ratcliffe regresó al Reino Unido en 2022. En una entrevista exclusiva, reveló detalles conmovedores sobre su experiencia. Habló de Gabriella, su hija de diez años, cuyo segundo nombre es Gisou, que en farsi significa "cabello trenzado".
“Una de las cosas que realmente extrañé en prisión era la imagen de ser libre y trenzarle el cabello a mi hija”, confesó a Harper’s Bazaar Art. La obra de la fotógrafa iraní Hoda Afshar, particularmente la serie "In Turn", donde mujeres trenzan su cabello con sus rostros alejados de la cámara, resonó profundamente en ella. Esta imagen se convirtió en un símbolo de esperanza y libertad durante su cautiverio.
A pesar de las difíciles circunstancias y su compleja relación con su país de origen, Zaghari-Ratcliffe expresa un profundo amor por Irán: “Aunque vivo lejos de Irán ahora, mi corazón late cada día por lo que sucede en mi país.” Sus palabras se enmarcan en un contexto de convulsión social, particularmente tras la muerte de Mahsa Amini en 2022, un evento que desató el movimiento "Mujeres, Vida, Libertad".
Zaghari-Ratcliffe conecta el movimiento con la tradición del trenzado de cabello como símbolo de resistencia kurda: “Esta noción gradualmente llegó al movimiento liderado por mujeres iraníes.” Un acto sencillo, como trenzar el cabello, se transforma en un potente símbolo de resistencia frente a la opresión.
La historia de Nazanin Zaghari-Ratcliffe trasciende su experiencia personal, convirtiéndose en un relato sobre la resiliencia humana, la fuerza del espíritu y la perseverancia en la búsqueda de la libertad. Un testimonio sobre el impacto de la opresión política y la profunda conexión con las raíces, incluso en la distancia.