Y el espectáculo llegó de la mano de un maestro: Giorgio Armani. A sus 90 años, el diseñador italiano demostró una vez más su dominio absoluto, presentando su colección masculina Otoño-Invierno 2025-2026 en la histórica sede de Via Borgonuovo. La colección, mostrada el lunes 20 de enero, no fue solo una pasarela; fue una experiencia sensorial.
El ritmo, casi hipnótico, de la música de fondo acompañó la presentación de una propuesta donde la luz era la verdadera protagonista. "Captar la luz", parecía ser el lema, y Armani lo logró magistralmente a través de tejidos brillantes y un toque sutil de cristales. El resultado: una colección sofisticada y moderna, pero con la comodidad y elegancia que son sinónimos de la marca.
Detalles que marcaron la diferencia: sombreros con ala que daban forma a siluetas suaves de terciopelo y pana invernales; pantalones plisados con un sutil fruncido en el tobillo, perfectos para lucir con botas atadas; chaquetas sobre chalecos con cremallera, creando capas de estilo y textura; y bufandas que reemplazaban las corbatas, algunas incluso con cuellos integrados que se convertían en capuchas. Las pieles sintéticas, tendencia en Milán esta temporada, aparecieron con mesura.
La colección no se limitó a la indumentaria masculina. Se incluyó una selección de prendas femeninas que destacaban la versatilidad de las siluetas masculinas, un detalle que refleja la visión inclusiva del diseñador. El gran final fue una celebración del estilo de pareja, con atuendos brillantes y llenos de lentejuelas y cristales, para él y para ella. Armani, con su clásica chaqueta azul de terciopelo, cerró el show con una reverencia, un gesto que resume a la perfección su legado: comodidad y elegancia sin concesiones.
La colección completa, una exploración de texturas, siluetas y detalles impecables, dejó una impresión indeleble en la Semana de la Moda de Milán. Un cierre brillante para un evento que se posiciona como un pilar fundamental en el calendario de la moda internacional.