El caso de Leticia Calderón, una reconocida actriz de telenovelas, ha puesto en evidencia la creciente ola de fraudes cibernéticos que afectan a la población. La artista reveló, durante una entrevista con la reportera Berenice Ortiz, haber sido víctima de un robo de más de 300,000 pesos. “Fui víctima, no de todo porque mi banco bloqueó una parte, pero sí me robaron una cantidad importante de dinero”, explicó Calderón, mostrando su frustración ante la ineficacia del sistema para proteger a sus usuarios.
Este lamentable incidente no es un caso aislado. En los últimos meses, otras celebridades como Germán Ortega y Arath de la Torre han denunciado estafas similares. Ortega, por ejemplo, perdió 230,000 pesos a manos de una empresa de remodelación que incumplió con el trabajo acordado. De la Torre, por su parte, fue engañado a través de un mensaje de WhatsApp que simulaba ser de un hotel, solicitándole una transferencia bancaria para una reserva falsa.
El caso de Cynthia Klitbo, quien sufrió el vaciado de sus cuentas bancarias tras una llamada telefónica fraudulenta que se hacía pasar por su banco, ha generado un impacto considerable. Calderón expresó su solidaridad con su colega: “Cynthia, lo siento muchísimo. Qué puedes decir en estos casos. Te quiero mucho”. La situación de Klitbo ha sido particularmente dramática, al punto de que la actriz llegó a considerar trabajar como conductora de taxis por aplicación para solventar sus gastos.
Ante esta preocupante situación, Calderón hace un llamado a la precaución. A pesar de los sistemas de seguridad implementados por las instituciones bancarias, los delincuentes encuentran constantemente nuevas maneras de vulnerarlos. La actriz subraya la importancia de estar alerta y prevenidos para evitar caer en este tipo de trampas, ya que, en muchos casos, los bancos no asumen la responsabilidad por las pérdidas sufridas por sus clientes.
La experiencia de estas figuras públicas sirve como una advertencia para todos. La vulnerabilidad de los sistemas financieros exige una mayor conciencia y cautela por parte de los usuarios, así como una revisión crítica de las medidas de seguridad implementadas por las instituciones financieras para proteger a sus clientes de estos sofisticados ataques.