En el ojo del huracán se encuentran Maribel Guardia e Imelda Tuñón, envueltas en una disputa por la custodia de Juliancito, el menor de la familia. Las acusaciones vuelan como dardos envenenados: se habla de consumo de sustancias nocivas por parte de una de las partes, mientras que la otra es señalada de intentar usurpar un rol que no le corresponde. Las especulaciones, alimentadas por la nebulosa situación, se han disparado.
Pero el conflicto se intensifica al añadir un elemento crucial: la inminente repartición de la herencia de Joan Sebastian. La posibilidad de que Juliancito sea uno de los herederos ha generado aún más teorías conspirativas, y muchos creen que este es el verdadero motor de la acalorada disputa. Se rumorea que la fortuna del fallecido cantante incluye “dinero, terrenos, propiedades y más lujosos bienes”, lo que acrecienta la tensión.
Ante la presión mediática, Imelda Tuñón, tras una noche en la fiscalía recuperando la custodia de su hijo, ofreció algunas declaraciones a la prensa. Sus palabras, sin embargo, fueron escasas y llenas de cautela: "La verdad es que yo no estaba enterada de eso, nadie me informó al respecto... yo no sé qué vaya a suceder, creo que las personas pertinentes verán qué sucede. No he tenido el tiempo de revisar todos los mensajes, la verdad es que he andado como loca", respondió sobre la posibilidad de que Juliancito sea heredero.
Mientras tanto, el programa Venga la Alegría ha entrevistado a un abogado, quien aparentemente está involucrado en el proceso legal. Según el reporte, "Marco Chacón está muy involucrado, presentó la resolución de un juez, en donde determinó que Juliancito [es] heredero de todos los bienes y que [él] es el representante legal. Tiene su papel reconocido de Joan Sebastián." La complejidad del asunto legal sólo añade más leña al fuego.
La situación continúa desarrollándose, dejando a la opinión pública en suspenso y esperando nuevas revelaciones sobre este conflicto que entrelaza drama familiar y legados millonarios.