La cantante Selena Gómez, conocida por su compromiso social y sus raíces latinas, compartió un video en sus historias de Instagram donde expresaba su consternación por la situación de los migrantes mexicanos, especialmente los niños, afectados por las políticas migratorias de administraciones pasadas. En el clip, visiblemente afectada, dijo: "Toda mi gente está siendo atacada, los niños, no lo entiendo. Lo siento mucho, desearía poder hacer algo, pero no puedo. No sé qué hacer, intentaré todo, lo prometo". El video, que posteriormente borró, incluía la bandera de México, generando una ola de apoyo entre sus fans.
Sin embargo, la reacción de Ángel David Revilla Lenoci, más conocido como Dross Rotzank, un influyente youtuber venezolano, desató una nueva controversia. A través de su cuenta en X (antes Twitter), Dross respondió al gesto de Selena con un contundente: “¡Cállate, estúpida!”. Este breve pero explosivo mensaje rápidamente se viralizó, acumulando cientos de miles de visualizaciones y generando un aluvión de comentarios a favor y en contra.
La respuesta de Dross generó un intenso debate. Mientras algunos usuarios lo apoyaron, considerando las palabras de Selena como "innecesarias" o "sensacionalistas", otros criticaron duramente al youtuber por su falta de empatía ante una crisis humanitaria. El incidente resalta la polarización de las opiniones en las redes sociales, incluso en temas tan sensibles como la migración, y pone en relieve el poder —y la responsabilidad— que tienen las figuras públicas en el manejo de estas situaciones.
Entre los argumentos de quienes apoyaron a Dross, se resaltó la idea de que las figuras públicas deben ser cautelosas al abordar temas tan complejos, evitando generar falsas expectativas. Por otro lado, quienes criticaron al Youtuber, recalcaron la importancia de la empatía y la solidaridad ante el sufrimiento ajeno, especialmente cuando se trata de una población vulnerable como la de los niños migrantes.
El intercambio entre Selena Gómez y Dross Rotzank se convirtió en un microcosmos del debate social actual, mostrando la complejidad de las reacciones ante la crisis migratoria y la fragilidad de las emociones en el mundo digital.