El nombre que resonó con fuerza en los medios fue el de Wynne Evans, un tenor famoso por sus anuncios de Go Compare y su labor en la BBC Radio Wales. Pero, ¿qué pasó para que este nombre se viera envuelto en una polémica tan grande? Todo comenzó días atrás durante el lanzamiento de la gira de Strictly Come Dancing en Birmingham.
Según reportes de The Mail on Sunday, Evans realizó un comentario sexualmente inapropiado hacia Janette Manrara, presentadora del programa Strictly Come Dancing: It Takes Two, utilizando un lenguaje considerado por muchos como altamente ofensivo y denigrante. El incidente fue captado en video y audio por un reportero del medio, mostrando también la reacción de Jamie Borthwick, actor de EastEnders, quien pareció mostrar incomodidad ante la situación. La reacción de Manrara, parcialmente obstruida por otros presentes, quedó inicialmente poco clara.
La portavoz de Manrara confirmó posteriormente que la presentadora no había escuchado el comentario en el momento. Sin embargo, el vídeo evidencia el comentario ofensivo de Evans a escasa distancia de Manrara y su marido, Aljaz Skorjanec, quien le preguntó a su esposa, “Darling, are you OK?” recibiendo un lacónico “Yep” como respuesta.
Tras la filtración del video, la BBC Wales anunció que Evans tomaría un tiempo libre de su programa de radio. La declaración no aclaró si se trató de una decisión voluntaria o una suspensión impuesta por la cadena. Se especuló ampliamente sobre las consecuencias que esto tendría para la carrera de Evans, considerando su presencia en un nuevo programa de viajes por la BBC1. La cadena se vio obligada a aclarar la situación tras la aparición de Evans en las funciones de Strictly Come Dancing en Glasgow, a pesar de una supuesta lesión de tobillo que justificó su ausencia el sábado.
Fuentes internas de la BBC informaron que Evans recibió una advertencia formal por su comportamiento, además de ofrecer una disculpa a Janette y Aljaz. Las reacciones a la situación han sido variadas, desde la consternación de los espectadores hasta críticas más profundas sobre la cultura laboral en la BBC y la necesidad de abordar la normalización del acoso sexual en el ámbito profesional. El caso plantea interrogantes acerca de las consecuencias reales para quienes cometen este tipo de actos, y si medidas como estas son realmente suficientes para prevenir futuros incidentes.
La situación deja un sabor amargo en el mundo del entretenimiento y genera un debate necesario sobre el respeto y la tolerancia en el ámbito profesional y público.