Todo comenzó con una publicación en Instagram, donde la exhabitante de La Casa de los Famosos México compartió un video haciendo lip sync de una canción de Vicente Fernández, "Para siempre". En él, con una divertida puesta en escena, parecía cuestionar la validez del amor frente a la riqueza, bromeando: “Perdóname mi Chente, pero ahorita sí ando aceptando los 1000 costales de oro jajaja”.
Horas después, la publicación fue eliminada. Sin embargo, la repercusión ya estaba en marcha. La aparente broma sobre "arrepentirse" de su matrimonio con el futbolista Óscar Jiménez, padre de sus hijos, desató una ola de reacciones. Pero la historia no termina ahí.
Posteriormente, Mariana publicó una historia en Instagram, esta vez con un tono diferente. Una advertencia, más bien un mensaje sutil pero contundente dirigida a su esposo: “Si tu esposo quiere pelear en estos días, no le hagas caso. Quiere ahorrarse el regalo de San Valentín (No caigas en provocaciones)”. Finalizó con un tajante: “No caeré”.
La reacción de los seguidores fue inmediata, la mayoría aplaudiendo el ingenio y sentido del humor de Mariana, compartiendo la broma e incluso instándola a tener paciencia. El mensaje, aunque con un tono ligero, deja entrever una dinámica entre la pareja que, más allá de la broma inicial, genera intriga.
El anuncio del segundo embarazo de Mariana, realizado el 29 de enero, añade otra capa a esta intrigante situación familiar. La fecha coincide con la cercanía del día de San Valentín, lo que añade más especulaciones a las conjeturas de sus seguidores. La respuesta a la interrogante de qué hay detrás de esta aparente broma solo la conoce la pareja.
Más allá del humor y la evidente complicidad, la situación revela un aspecto de la vida de la pareja; una vida que, a pesar de su exposición pública, mantiene matices de privacidad que solo ellos pueden descifrar.