R. Kelly: Corte confirma 30 años de prisión por tráfico sexual
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El nombre de R. Kelly, conocido por éxitos como "I Believe I Can Fly", ha estado envuelto en una vorágine legal durante años. La controversia no es nueva; desde la década de 1990, circularon acusaciones de abuso de menores contra el cantante. Sin embargo, fue hasta la ola del movimiento #MeToo que la opinión pública se volcó contra él.
Una corte federal de apelaciones en Manhattan ha confirmado las condenas por extorsión y tráfico sexual contra R. Kelly, manteniendo su sentencia de 30 años de prisión. Esta decisión, tomada el miércoles pasado, después de los argumentos presentados en marzo del año anterior, ciertamente no sorprendió a quienes seguían el caso de cerca.
La abogada de Kelly, Jennifer Bonjean, ha declarado que apelarán ante la Suprema Corte, calificando la decisión del segundo circuito como "sin precedentes", argumentando que otorga a los fiscales una discreción ilimitada en la aplicación de la ley de extorsión. Curiosamente, la Suprema Corte ya rechazó una apelación el año pasado, relacionada con una condena de 20 años por cargos de abuso sexual infantil en Chicago. Esta última condena incluía el cargo de producción de imágenes de abuso sexual infantil.
La corte de apelaciones rechazó todos los argumentos de la defensa, incluyendo alegatos de evidencia insuficiente, cuestionamientos a la constitucionalidad de algunas leyes estatales, la parcialidad de algunos jurados, y la incorrecta aplicación del cargo de extorsión. El tribunal destacó en su fallo que: "Habilitado por una constelación de gerentes, asistentes y otro personal durante más de veinticinco años, Kelly explotó su fama para atraer a niñas y mujeres jóvenes a su alcance."
Entre los detalles más relevantes del caso se encuentran los testimonios de varias acusadoras que describieron cómo Kelly las aislaba de sus familias, controlaba todos los aspectos de sus vidas y las abusaba verbal, física y sexualmente. La corte consideró que el testimonio sobre la transmisión de herpes sin consentimiento no fue injustamente perjudicial, al igual que la presentación de videos gráficos, considerados como evidencia relevante para demostrar el control y dominio que Kelly ejercía sobre sus víctimas.
Un punto de discordia en la decisión fue la compensación otorgada a una víctima por un tratamiento de por vida contra el herpes. La abogada Bonjean calificó esta compensación como un esfuerzo del gobierno por enriquecer injustamente a los testigos. Este detalle, entre otros, añade complejidad a un caso ya de por sí cargado de matices y controversias.
El legado de R. Kelly, más allá de sus éxitos musicales, queda marcado por esta batalla legal. Su caso ha trascendido el ámbito musical, generando un debate profundo sobre abuso, poder y justicia en el contexto de la cultura popular.