Joaquín Cosío: Más allá de El Cochiloco, un actor que redefine el cine mexicano
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Joaquín Cosío, nombre que resonará familiarmente para muchos, se presentó en la Casa de México. Más allá de su emblemático papel de El Cochiloco en El Infierno, Cosío destaca la importancia de cada proyecto en su carrera, sin importar la extensión de su participación. "Cada rol, por pequeño que sea, aporta a la construcción de mi identidad artística", podríamos imaginar que comentó.
Su apariencia física, a menudo asociada con villanos, ha sido un reto que ha superado con creces. "He logrado romper con ese estereotipo", afirmó, mostrando su versatilidad y búsqueda constante de nuevos horizontes actorales. En cuanto a su momento profesional actual, con una humildad que sorprende, afirma simplemente estar "empezando".
La pasión por la actuación lo embarga igual que en sus inicios. Ese nervio inicial, ese entusiasmo, persiste a través de los años, incluso después de cosechar reconocimientos como el Ariel en 2011. Para Cosío, los premios son un plus, pero no la motivación principal. "Yo cuando hago una película jamás la hago pensando en que voy a ganarme un premio", confesó.
Su perspectiva sobre el cine mexicano es optimista. A pesar de los retos que implican los bajos presupuestos, cree firmemente en la capacidad de crear obras maestras. Una muestra de ello es su nuevo proyecto: "Las Muertas".
Esta película, ambientada en el Guanajuato del siglo pasado, se centra en la historia de dos hermanas que operaban una casa de citas, y su implicación con las estructuras de poder. Aunque la trama gira entorno a sus crímenes, la película promete un golpe contundente al revelar complicidades inesperadas. La participación de Cosío en esta producción, que se suma a otras como su rol de Mascarita en Matando Cabos, anticipa un trabajo de gran calidad y un fuerte impacto.