Joaquín Sánchez renueva votos con Susana en Las Vegas
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Se trató de una renovación de votos, un recordatorio de un amor que ha resistido el paso del tiempo y las pruebas, consolidando una unión familiar.
El protagonista, un rostro familiar para los amantes del fútbol español: Joaquín Sánchez. Acompañado de su esposa, Susana Saborido, la pareja decidió revivir la magia de su "sí, quiero" casi dos décadas después de su primera boda. En esta ocasión, sus hijas, Daniela y Salma, tuvieron un papel fundamental, participando activamente en la ceremonia con la entrega de las arras y emotivas palabras dedicadas a sus padres.
A diferencia de su primera unión, celebrada en julio de 2005 en el Puerto de Santa María, Cádiz, esta renovación de votos en Las Vegas se caracterizó por su sencillez y elegancia. "Fue una experiencia totalmente distinta", comentó Joaquín en una entrevista posterior. En el Puerto de Santa María, la boda original se convirtió en un evento masivo e inesperado: "La expectación fue tal que Susana tuvo que entrar a la iglesia escoltada por la policía", recuerda con humor la pareja en una aparición televisiva. La anécdota sobre la llegada de Manuel Ruiz de Lopera, entonces máximo dirigente del Real Betis, con la recién ganada Copa del Rey, se ha convertido en una leyenda familiar: "Había gente que ni conocía... y apareció Lopera con la Copa del Rey en medio de la ceremonia," relataba Joaquín en su documental "La penúltima y me voy".
En Las Vegas, sin embargo, la atmósfera fue distinta. Joaquín, impecable con un traje color crema, y Susana, radiante con un vestido blanco, disfrutaron de un momento íntimo y conmovedor. Tras la ceremonia, el baile al ritmo de Elvis Presley selló esta romántica celebración. Detalles como la elección del lugar, la participación de sus hijas, y el contraste con su boda original, pintan un cuadro de un amor maduro, consolidado, y profundamente significativo.
Esta renovación de votos no fue solo una ceremonia; fue la reafirmación de un compromiso de vida, una celebración familiar, y un capítulo más en la historia de amor de Joaquín y Susana. Un momento cargado de simbolismo, recordando el pasado y proyectando un futuro aún más brillante.