Benny Blanco y la Polémica con Jollibee: Cultura Filipina Herida
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Y esto es particularmente cierto para la comunidad filipina y su relación con Jollibee.
Recientemente, el productor musical Benny Blanco se encontró en el centro de una controversia en redes sociales. Su video en TikTok, donde muestra su primera experiencia probando comida de Jollibee, una cadena de comida rápida muy querida en Filipinas, ha generado una ola de reacciones, la mayoría negativas.
En el video, Blanco, quien afirma haber crecido con comida filipina gracias a su madrastra, prueba el arroz con adobo y el Chickenjoy, para luego enfrentarse a la famosa spaghetti filipina. Su reacción al probarla fue, según sus propias palabras: “All right, this s smells like fing vomit. “What the f*? Let me get a fork,” seguida de un escupitajo que se viralizó rápidamente.
Este acto provocó una gran indignación entre los usuarios de TikTok, muchos de ellos de ascendencia filipina. Para ellos, Jollibee es mucho más que comida rápida; representa una conexión profunda con su cultura, sus raíces y, para muchos expatriados, un consuelo lejos de casa. Comentarios como “Benny Blanco hizo un esfuerzo consciente por violar el significado cultural que Jollibee tiene para nosotros, los filipinos”, expresan la magnitud del descontento.
Noreen Dimacuha, una creadora de contenido filipino-americana, explicó en su propio video la importancia cultural de Jollibee, destacando su eslogan “Bida Ang Saya” (la alegría es lo primero) y conectándolo con la realidad socioeconómica de Filipinas, donde la pobreza afecta a una parte significativa de la población. Según un reporte de la Philippine Statistics Authority, 22.4% de la población (25.24 millones de personas) vivían en pobreza en la primera mitad de 2023. Una familia de cinco necesita, en promedio, 13,797 pesos filipinos (aproximadamente $246 USD) al mes para cubrir sus necesidades mínimas de alimentación.
Otros creadores de contenido, como John Dela Cruz, un enfermero filipino-canadiense con millones de seguidores en TikTok, intervinieron en el debate, apelando a la empatía y comprensión. Aunque inicialmente crítico con la reacción de Blanco, Dela Cruz reconoció posteriormente la disculpa implícita en un segundo video del productor musical, donde mostró una actitud más receptiva hacia la comida filipina.
La historia destaca la poderosa conexión emocional que existe entre la comida y la identidad cultural, y la importancia de la sensibilidad y el respeto al abordar temas que involucran tradiciones y costumbres ajenas a la propia experiencia.