Linda Evangelista: Lucha contra el cáncer y una historia de resiliencia
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Linda Evangelista, un nombre icónico de la década de los 90, nos recuerda que la belleza es mucho más que una imagen. A sus 59 años, la supermodelo reveló un detalle profundamente personal: su lucha contra el cáncer de mama, un secreto que guardó durante años.
Diagnósticada a finales de 2018, Evangelista optó por una doble mastectomía. "Las probabilidades no eran buenas, y debido a otros problemas de salud, sin dudarlo, porque quería dejar todo atrás y no tener que lidiar con esto, opté por una mastectomía bilateral", explicó a la revista WSJ Magazine. Una decisión valiente, tomada con la determinación de dejar atrás la enfermedad y seguir adelante con su vida.
Pero la batalla no terminó ahí. En 2022, el cáncer regresó. Esta vez, su instrucción a su médico fue contundente: "Cava un agujero en mi pecho. No quiero que se vea bonito. Quiero que excaves. Quiero ver un agujero en mi pecho cuando hayas terminado. ¿Me entiendes? No voy a morir por esto". Una muestra de su férrea voluntad y la decisión de enfrentar la adversidad de frente.
El año pasado, durante una sesión fotográfica para la revista alemana Zeit, con la fotógrafa Cass Bird y la prometida de esta, Jenna Lyons, Linda compartió algo inédito: sus cicatrices. Inicialmente insegura, el apoyo y las palabras de sus amigas cambiaron su perspectiva. "Soy hermosa, pero necesitaba oírlo de alguien más", confesó durante el Shiseido’s Potential Has No Age Summit. Un testimonio conmovedor sobre la necesidad de apoyo y la importancia de la sororidad femenina.
Su historia no se limita al cáncer. En 2020, Evangelista denunció públicamente los efectos negativos del procedimiento de pérdida de peso CoolSculpting, una batalla legal que resolvió con un acuerdo. Estas experiencias han forjado aún más su carácter y su compromiso con la autenticidad.
La narrativa de Linda Evangelista es un ejemplo de resiliencia y una invitación a la reflexión sobre la salud, la imagen corporal y la importancia de apoyarse mutuamente. Una historia que, lejos de ser un relato de sufrimiento, se convierte en un canto a la vida y a la fuerza interior.