Ale Capetillo y su lucha contra el sonambulismo

En este sentido, "la vida después de una luna de miel" puede ser un momento de ajuste y readaptación a la rutina diaria.
En el caso de Alejandra Capetillo, hija de Biby Gaytán y Eduardo Capetillo, su vida ha estado llena de momentos especiales y desafíos. Recientemente, después de una romántica luna de miel con su esposo Nader Shoueiry, regresó a España para retomar su vida cotidiana. Sin embargo, lo que muchos no saben es que Ale Capetillo ha estado viviendo con un trastorno que ha afectado su vida de manera significativa. "Tengo un problema de sonambulismo fuerte, potente, lo sabe toda la gente cercana a mí", explicó en una de sus historias de Instagram.
El sonambulismo es un trastorno del sueño que puede causar episodios de caminar o realizar actividades mientras se duerme. En el caso de Ale Capetillo, este trastorno ha sido una parte de su vida desde la infancia. "De chiquita era de las que me levantaba gritando o abría puertas; siempre me persiguió este tema", contó. A medida que creció, los episodios disminuyeron, pero el trastorno sigue siendo una parte de su vida. Incluso mencionó que a veces sufre alucinaciones como parte del trastorno, viendo cosas que no son reales mientras está en un estado de duermevela.
Una de las situaciones más recientes que vivió Ale Capetillo con su trastorno ocurrió durante un viaje a Mallorca, donde compartió habitación con una amiga. En un momento, mientras dormían, Ale tuvo un episodio de sonambulismo que asustó a su amiga. "Me levanté, casi arriba de Ema, gritando como loca. Ema agarrándome y yo viendo la cara de Ema pálida gritando igual", reveló. Este incidente resaltó la importancia de hablar abiertamente sobre los trastornos del sueño y cómo pueden afectar la vida diaria de las personas.
Es importante destacar que Ale Capetillo ha sido abierta sobre su trastorno, lo que ha ayudado a concienciar sobre la importancia de la salud mental y del sueño. Al compartir sus experiencias, busca normalizar el hablar sobre estos temas y reducir el estigma asociado a los trastornos del sueño. "Entre más crecí, menos me pasaba tan frecuentemente y yo siento, o el análisis que he hecho, que solo me pasa con la gente en la que confío mucho", dijo, resaltando cómo el trastorno ha evolucionado con el tiempo.