Napoleón y su hijo: Un legado musical y familiar

El escenario: una casa en Aguascalientes. Los protagonistas: Napoleón, el reconocido cantautor, y José María, su hijo. La conversación fluye con naturalidad, revelando detalles poco conocidos de su vínculo, más allá de los flashes de los escenarios y las cámaras.
José María, con una admiración palpable en su voz, describe la influencia de su padre: “Mi padre predica con el ejemplo”. Más que simples consejos, las enseñanzas de Napoleón se basan en la constancia y la práctica. “Su consejo siempre ha sido el mismo… ahorra, dile que no a las malas amistades, en dos minutos de placer se puede ir toda una vida”, recuerda José María, destacando la coherencia entre las palabras y los actos de su progenitor.
Napoleón, por su parte, explica su filosofía paternal con sencillez: “Creo que el mejor ejemplo que uno les puede dar a los hijos es el que van a seguir… Lo que hagas, procura hacerlo de la mejor manera, a la mujer hay que respetarla y a los hijos cuidarlos, enseñarles el camino en la vida; y si se caen, déjalos que se levanten, porque van a aprender mucho en esa caída”. Una sabiduría transmitida a través de años, forjada en la experiencia y en la propia vida del artista.
La influencia se extiende a aspectos más sutiles. José María destaca la estabilidad del hogar: “Mi papá siempre ha predicado con el ejemplo, es una persona muy tranquila, nunca oí decir a mi mamá: ‘su papá no llegó’, o ‘¿dónde estará su papá’? No conozco ese tipo de historias.” Un testimonio poderoso que habla de la dedicación y el compromiso de Napoleón como padre.
La herencia musical también juega un papel importante. José María revela con orgullo que varias canciones de su padre son, en realidad, mensajes personales y dedicatorias ocultas: “Si me ha compuesto canciones, varias, me compuso ‘Yo ya pasé por ahí’ y ‘Quédate así’, dicen que son para todos sus hijos, pero yo he descubierto mensajes ocultos, por ejemplo, en una dice: ‘Hijo mío’, y yo solo tengo hermanas, entonces, no puede ser para ellas”.
De esta manera, la historia trasciende la simple relación padre-hijo, mostrando un panorama más amplio sobre valores, legados y la construcción de una identidad familiar basada en la admiración mutua y el respeto. La conversación concluye dejando entrever una profunda conexión, un legado familiar forjado en la sencillez y la constancia.