Frente a las cámaras, el heredero al trono británico desmenuzó con una crudeza inédita cómo el divorcio de sus padres marcó su adolescencia. "Cuando el mundo entero opina sobre tu familia, terminas preguntándote qué parte de tu vida es realmente tuya", compartió mientras caminaban por los jardines reales. La revelación llegó sin dramatismos, pero con el peso de quien ha medido cada palabra.
Los detalles más reveladores:
- El costo del escándalo: William señaló directamente a la prensa sensacionalista como "el tercer cónyuge" en el matrimonio de Carlos y Diana, un factor que aceleró la ruptura.
- Heridas que no cierran: Confesó que, pese a los años, le resulta difícil revisar archivos periodísticos de los 90 donde sus padres eran "carne de cañón para titulares".
- El antídoto familiar: Aseguró que criar a George, Charlotte y Louis lejos del ojo público es su mayor prioridad, aunque sabe que el interés por ellos "viene con el territorio".
Mientras el episodio acumula reproducciones, los expertos en comunicación real destacan el cálculo detrás de esta apertura: William busca redefinir el contrato no escrito entre la monarquía y los medios, usando su propia historia como advertencia. La estrategia parece clara: exponer las vulnerabilidades para proteger a la siguiente generación.
