Maribel Guardia lleva arete de su hijo Julián Figueroa como talismán

No es solo un accesorio; es un pedazo de su historia, un hilo invisible que la mantiene unida a él.
Durante una entrevista en Despierta América, la actriz confesó con voz quebrada: "Duermo con él, me baño con él, nunca me lo quito". El pendiente, casi imperceptible detrás de su oreja, se ha convertido en su talismán personal. Un símbolo de resistencia y amor que desafía el paso del tiempo.
Pero hay más. La casa donde creció Julián sigue en pie, intacta, como un museo de recuerdos. Maribel no tiene prisa por desprenderse de ella. "La voy a dejar ahí un rato", dijo con esa mezcla de pragmatismo y nostalgia que solo una madre que ha perdido a su hijo puede entender. Las paredes guardan risas, música y silencios que ahora pesan más que nunca.
Mientras tanto, sigue adelante. Con sus proyectos, sus canciones y ese arete que nunca se quita. Porque el amor, al final, se mide en detalles pequeños y persistentes. En cosas que no se ven pero se sienten. En gestos que dicen, sin palabras, "aquí sigo".