Washington, DC
A un año de darse el ‘perdón’, los estudiantes sin documentos siguen con sus sueños.
A un año del anuncio del “perdón” presidencial que ha permitido a más de 520 mil jóvenes indocumentados evitar temporalmente su deportación de EU, mientras el Senado debate una reforma que busca reconstruir el sistema migratorio estadounidense.
Hace exactamente un año, el Gobierno del presidente Barack Obama anunció el programa de “acción diferida” , que suspende durante dos años la deportación de ciertos indocumentados que llegaron a Estados Unidos cuando eran menores de edad.
El programa, que no necesitaba respaldo parlamentario, ha dado un respiro temporal a decenas de miles de jóvenes que no pueden trabajar, estudiar o viajar por falta de “papeles”.
En algunos estados de los EU, ese permiso temporal les ha facilitado el obtener una licencia de conducir.
A esos jóvenes se les denomina “Soñadores” (“Dreamers”) porque son posibles beneficiarios del “Dream Act”, un proyecto de ley que les ofrecía la residencia permanente pero que fracasó en el Congreso en diciembre de 2010.
Según las cifras más actualizadas de la Oficina de Servicios de Inmigración y Ciudadanía (USCIS, en inglés), entre agosto de 2012, cuando entró en vigor el programa, y mayo pasado, se aprobaron 520 mil 157 solicitudes.
Del total de 539 mil 128 solicitudes recibidas por USCIS, las autoridades rechazaron 18 mil 971. En promedio, las autoridades aprueban a diario 2 mil 614 solicitudes.
La mayoría de los solicitantes provienen de México, seguidos por El Salvador, Honduras, Guatemala, Corea del Sur, Perú, Brasil y Colombia.
La lista de los principales países de origen de los solicitantes la completan Ecuador, las Filipinas, Argentina, Jamaica, India, Venezuela, la República Dominicana, Trinidad y Tobago, Bolivia, Costa Rica, Uruguay y Pakistán, en ese orden, según USCIS.
Para recibir este beneficio -que no concede un estatus legal, según el Departamento de Seguridad Nacional-, los estudiantes indocumentados de hasta 31 años de edad, tienen que cumplir una serie de requisitos, incluyendo el haber entrado en EU antes de los 16 años, no tener antecedentes penales o representar una amenaza para la seguridad nacional, y una prueba de inscripción o graduación en una institución secundaria.
Aunque el permiso temporal es renovable, activistas de la comunidad inmigrante presionan al Legislativo para que apruebe una reforma migratoria integral este año.
“Si esta reforma no avanza, sería un duro golpe desde el punto de vista humanitario pues no habría alivio de la deportación y la separación familiar. Sería un desperdicio de talento de estos jóvenes” que “han demostrado su potencial”, dijo a Efe Maribel Hastings, asesora del grupo “America’s Voice”.