Claroscuros de la prostitución en redes sociales

México, DF

Las “sextuiteras” ofrecen sus servicios en la red social y organizan ‘giras’ por la república.

Para las mujeres y hombres que han decidido ejercer la prostitución libremente, las redes sociales representan una nueva plataforma de negocios en la que pueden ofrecer sus servicios sin sufrir los inconvenientes de esperar en la calle a altas horas de la noche, en circunstancias climáticas difíciles y con el riesgo que conlleva cerrar tratos cara a cara con desconocidos en lugares solitarios e inseguros.
Basta una breve revisión del contenido de las cuentas de las llamadas “sextuiteras”, es decir, personas quienes ejercen la prostitución en las red social Twitter, para identificar estrategias básicas de marketing de venta que incluyen flyers, promociones especiales para el día del padre o del maestro, etcétera. Además, comprenden perfectamente que 1 millón de followers podría traducirse en 100 clientes al mes.
Para no saturarse de solicitudes, organizan giras alrededor de la república aceptando las mejores ofertas y trabajan de forma independiente, es decir, sin “manager” lo que supone el total de las ganancias sin tener que compartirlas, además de mantenerse lejos de vejaciones y explotación sexual. La inversión se limita a algunas fotografías de estudio, lencería y atuendos sexys.
Para las prostitutas, scorts y actrices porno que han logrado establecer verdaderas empresas a través de redes sociales, todo cuenta para el crecimiento de su negocio: el manejo de su imagen, la creación de un estilo propio, el uso del lenguaje y los errores ortográficos. El adecuado manejo de estos elementos, dependerá del público objetivo al que quieren llegar.
Sin duda, las nuevas tecnologías han traído frutos al oficio más viejo del mundo. En México, la prostitución es una actividad ilegal pero tolerada y ejercerla a través de redes sociales trae una doble ventaja, además de ser altamente redituable, no representa ningún lío con las autoridades. En algunos países europeos en los que la prostitución está completamente normada, incluso las prácticas por redes sociales, generan impuestos.
Sin embargo existe otra cara de la moneda mucho menos afortunada en la que, tanto hombres como mujeres jóvenes, incluso menores de edad, ponen todas sus expectativas de futuro en el dinero inmediato que pueden ganar vendiendo sexo.
Una joven jalisciense de 20 años puso en venta su virginidad por 12 mil pesos, “sino, cooperas con lo que puedas” escribió quien aseguró llamarse Irene en una página de compraventa. A la oferta le sumó un paquete con 40 fotos en las que aparece desnuda a cambio de 400 pesos. No se conocen más datos sobre Irene, y el anuncio ya fue retirado, tampoco se sabe si finalmente Irene logró su cometido.
Pese a no contar con más datos, el caso alertó a las autoridades, medios de comunicación y organizaciones civiles en torno a la facilidad con la que operan la redes de trata de personas a través de redes sociales.
Muchas veces se hacen pasar por agencias de edecanes, actrices, masajistas, o venden historias individuales como la de Irene, que ficticia o no, da lugar a la reflexión en torno a las pocas opciones que existen para la gente joven, al nulo control de la prostitución y a los modos de operación de las redes de trata.
Según datos de la Red Nacional de Refugios, en México operan por lo menos 47 redes dedicadas a la trata de personas con fines de explotación sexual, en su informe anual, aseguran que cada año entre 800 mil personas adultas y 20 mil niños son víctimas de organizaciones dedicadas a la trata.
Al respecto, la Procuraduría General de la República afirma que de las 274 víctimas de trata atendidas desde el año 2012 a la fecha, 87 de ellas (31.7%) son menores de 18 años y en el total de los casos, fueron contactas a través de Facebook, Twitter o alguna red social. En muchas ocasiones el “gancho” fue la promesa de un trabajo estable, viajes por el mundo como modelos e incluso, amor eterno.
Aunque el ejercicio de la prostitución como elección libre y personal en combinación con las nuevas tecnologías, representa un campo abierto al cual se le augura mucho éxito, es también un riesgo y un delito que debe combatirse para evitar que hombres, mujeres y niños, caigan en manos de organizaciones criminales.
Es innegable que las autoridades deben implementar medidas urgentes en contra la trata de personas por Internet, pero tanto las autoridades como las organizaciones civiles que trabajan con el tema, coinciden en que la prevención desde el núcleo familiar sobre el uso responsable de nuevas tecnologías y la apertura del tema, es la medida más efectiva para evitar que niños, jóvenes y adolescentes sean víctimas de este delito.

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