México también separa a niños migrantes de sus padres: Unicef

Ciudad de México
Las autoridades migratorias de México separan de sus familias a niños migrantes mayores de 12 años provenientes de Centroamérica, lo que causa un “estrés tóxico” en los menores, afirmó la jefa de Protección a la Infancia de Unicef México, Dora Giusti.
En su informe “Desarraigados en Centroamérica y México”, que aborda los flujos migratorios entre América Central y América del Norte, Unicef señala que no solo Estados Unidos separa a familias migrantes, sino también lo hace México, país en que se establecen muchos migrantes ante las dificultades de alcanzar la frontera norte.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), las autoridades mexicanas suelen detener y llevar a los niños de 12 años a una zona separada de sus familias, mientras que se permite a las madres quedarse con los niños más pequeños.
Ante esto, Giusti pidió acelerar la reunificación de familias, tanto en México como en Estados Unidos, y advirtió que “el impacto que tiene la separación y la detención genera un estrés tóxico que puede generar repercusiones de por vida, como trastornos psicológicos”.
“Hacemos un llamado fuerte ante esta situación para que no se vuelva a repetir en ningún lado, ni en México ni en Estados Unidos u otros lugares”, sentenció.
El informe, divulgado este miércoles, indica que al menos 286 mil 290 migrantes que viajaban a Estados Unidos fueron interceptados en la frontera norte de México entre octubre de 2017 y junio de 2018. De ellos, 37 mil 450 eran menores de edad que emprendieron la travesía en solitario.
Los que viajan solos suelen ser víctimas de “explotación por parte de bandas criminales y violencia sexual en el caso de las chicas”, así como discriminación y rechazo en las comunidades por donde pasan, indicó Giusti.
Además, Unicef calcula que, entre 2016 y 2017, casi 60 mil menores de Guatemala, Honduras y El Salvador fueron retenidos en estaciones migratorias, en lugar de ser hospedados en albergues como marca la ley.
Dora Giusti explicó que se han detectado casos de menores que pasan hasta tres meses detenidos, lo que les genera “una desesperación muy fuerte” y muchos de ellos prefieren ser retornados a sus países e intentar la travesía de nuevo antes que seguir encerrados y solicitar refugio.
“Si no los trasladan a un albergue se desesperan y ya no quieren pedir refugio. Para ellos, México es la estación migratoria y no quieren vivir así”, describió.
Añadió que la fiscalía especializada en protección de niños debería realizar “un análisis en detalle de los derechos” de cada menor, pero ello “no ocurre en el 100 % de los casos y muchos chicos son retornados rápidamente en tres días”.
Solo 167 solicitudes de asilo y refugio fueron aprobadas en México en 2017, año en que se detectaron 18 mil menores, por lo que el resto fueron sometidos a procesos de deportación.