Come nieve en hoja de tamal y ayuda al medio ambiente

Ciudad de México
Martha López, fundadora del colectivo Dalias Azules, pasa al menos una hora moviendo la metálica garrafa en la que prepara nieves artesanales de maíz azul, cacao, pinole, mezcal, flores y chile, por mencionar algunas.
Las sirve en una especie de canastos de totomoxtle, que son las hojas de maíz en las que se envuelven los tamales, las cuales forma ella misma con sus manos; las cucharas además son a base de trigo, lo que las hace biodegradables.
Tras cursar la carrera de letras hispánicas, Martha buscaba también ayudar un poco en el negocio familiar, por lo que tomó cursos de cocina tradicional mexicana donde aprendió a hacer nieves artesanales de garrafa, “ver la transformación de líquido a nieve es mágico”; así que decidió refrescar los paladares y además cuidar el medio ambiente al ofrecerlas en recipientes naturales.
Para la nieve de cacao, explicó, tuesta el grano y lo pela para luego molerlo en un metate, “es todo un proceso que en realidad tarda dos días para hacer una sola garrafa de nieve”, mientras que la de maíz azul, que se hace en Calpan, Puebla, sólo la presenta en ferias de alimentos a base de maíz.
Además, se trata de postres libres de leche, conservadores y colorantes artificiales, los cuales además tienen la particularidad de ser servidas en recipientes ecológicos, por lo que se pensó en el totomoxtle, que se utiliza en la envoltura de los tamales; además, los elotes, siempre se han vendido en sus hojas, que además son impermeables, dijo.
Así, Martha adquiere las hojas de maíz y las enjuaga muy bien para luego dejarlas secar; para las cucharas, siempre tuvo la idea de que ni siquiera las de madera eran amigables con el medio ambiente, mucho menos las de plástico, ni las de unicel, por lo que, investigando, tomó como referente unas cucharas comestibles de origen hindú.
Con ayuda de su esposo, que es químico farmacobiólogo, comenzaron a desarrollar diferentes pruebas para diseñar cucharas que, si bien pueden ser comestibles, están diseñadas para aguantar el cuchareo de la nieve sin reblandecerse, aunque “no está hecha para ser sabrosa, sino para ser útil, así que las hicimos con una fórmula secreta a base de trigo”.
Explicó que para hacer una nieve de garrafa puede tardar hasta dos días; primero, se hace una infusión concentrada del sabor que se quiere preparar y se coloca en la garrafa, que es un bote de aluminio o acero inoxidable que se introduce en un barril de madera, entre ambos recipientes va una buena cantidad de hielo con sal; luego, comienza a girar los recipientes hasta por una hora hasta que la infusión se cristaliza en las paredes para formar la nieve.