México lejos de aprovechar inversiones en Estados Unidos

El plan de construcción de infraestructura anunciado por los Estados Unidos por 2 mil 300 billones de dólares para los próximos 10 años difícilmente impactarán en la industria de la construcción de México, coincidieron académicos de la UNAM.

Las empresas de la construcción asentadas en los Estados Unidos y la producción de insumos para esa industria son autosuficientes y es probable que México solo aporte mano de obra barata.

“La tecnología para carreteras, puertos y estas cosas, la nueva tecnología está con las más grandes empresas y esas empresas no están en México. Las más grandes empresas están allá arriba. Ellos son los dueños, de eso sí, puede que no tengan la punta tecnológica en materia energética, pero en construcción no hay ninguna duda”, expresaron los académicos.

“Los contratos del estado americano van a ser con sus propias empresas“, planteó Oscar Ugarte, investigador del Instituto de Investigaciones económicas.

En la rueda de prensa a distancia sobre el impacto que podría tener la inversión histórica anunciada por el gobierno de Estados Unidos, se hizo hincapié en que se trata de reconstruir carreteras, puentes, puertos, campos aéreos en aquel país.

México aportará trabajadores dispuestos a trabajar por una paga considerada baja para los estándares de aquel país, que a su vez incrementarán el monto de envío de remesas.

“Tenemos que ir escalando hacia la parte de arriba y no quedarnos en ofrecer trabajo barato, disparar las remesas, que los pobres ayuden a los pobres… no es posible que las remesas tengan el primer lugar de ingresos de capital externo por sobre la inversión extranjera directa, por sobre las importaciones, los pobres están sacando a los pobres. No es posible“, puntualizó Noemi Levy, de la Facultad de Economía.

Se estableció que México seguirá dependiendo en buena medida de las inversiones que empresas de Estados Unidos hagan en la frontera norte, más asociados al sector manufacturero, o a la industria automotriz que al sector de la construcción de infraestructura.

Esas empresas, al no ser de alta tecnología, sino maquiladoras, aprovecharán la mano de obra barata que ofrece México, en lugar de transferir tecnología y generar salarios más altos.

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