Phoenix, az
El incendio afecta ya a más de tres mil 600 hectáreas en Yarnell, a 130 kms al norte de Phoenix.
Cerca de 400 efectivos continúaron este lunes la lucha contra el incendio forestal en Yarnell, en Arizona, que el domingo se cobró la vida de 19 bomberos en la mayor tragedia de estas características de la historia reciente de Estados Unidos.
La gobernadora de Arizona, Jan Brewer, calificó la pérdida del equipo de bomberos de “insoportable” y aseguró: “les ofrecemos nuestra más profunda deuda de gratitud”.
“Debe recordarnos por siempre el constante peligro que enfrentan nuestros bomberos desinteresadamente para protegernos. Nunca podremos recompensar a estos 19 hombres y sus familias por su servicio y su sacrificio final en nuestro nombre”, agregó Brewer entre lágrimas en rueda de prensa esta mañana.
El incendio, que sigue sin estar controlado, afecta ya a más de tres mil 600 hectáreas en Yarnell, a 130 kilómetros al norte de Phoenix.
El portavoz de la División Forestal de Arizona, Mike Reichling, indicó esta mañana que las condiciones no son muy favorables ya que se espera que el fuego siga una trayectoria “errática” dados los continuos cambios de dirección del viento, la escasa humedad y las pocas probabilidades de lluvias.
Se espera, además, que las temperaturas en la zona rocen los 40 grados centígrados, como parte de la ola de calor extrema que ha azotado el suroeste de Estados Unidos este fin de semana.
El meteorólogo del canal televisivo Weather Channel J subrayó que “las condiciones eran de pesadilla para los bomberos: tormentas que apenas producen lluvia, vientos cambiantes e impredecibles, y rayos”.
Por su parte, el jefe de bomberos de Prescott, afirmó que “el departamento se encuentra en una crisis devastadora”, al resaltar que habían perdido al 20% del cuerpo total de bomberos del departamento en la tragedia.
El experimentado grupo de bomberos había trabajado recientemente en la extinción de incendios en Nuevo México.
De acuerdo con los primeros datos, los bomberos se vieron sorprendidos por un incendio súbito provocado por un relámpago que rápidamente prendió y no les dio tiempo a escapar.
Las víctimas habrían utilizado unas mantas de emergencia para protegerse de las llamas, pero dada la magnitud del fuego fueron insuficientes.
Se trata del incendio más mortífero de la historia reciente de Estados Unidos, y ha superado al de 1994 de Colorado, ocurrido en el South Canyon, en el que fallecieron 14 bomberos.