Washington, DC
Las encuestas revelan que el ciudadano de a pie se preocupa menos por una seguridad.
Convertida en moneda de cambio para facilitar el alumbramiento de la reforma migratoria, la seguridad de la frontera con México se ha convertido en una obsesión de demócratas y republicanos que, en la última iniciativa aprobada por el Senado en junio de 2018, autorizaron la inversión de más de 48 mil millones de dólares.
Hoy, con un proyecto de reforma en el limbo, las últimas encuestas revelan que, a diferencia de la clase política, el ciudadano de a pie se preocupa cada vez menos por una seguridad fronteriza que ha sido durante demasiado tiempo trinchera de los extremistas y en continuo foco de fricciones con el gobierno de México.
Según la encuesta de Gallup esta misma semana, hoy sólo un 43% de los estadounidenses consideran como prioritario reforzar la seguridad fronteriza, es decir, un descenso de 10 puntos porcentuales si se le compara con el 53% que alcanzó en 2011.
La única constante en las encuestas, es el apoyo del 44% a resolver de una vez por todas la situación de más de 11 millones de indocumentados.
“Es un cambio, sin duda, significativo porque uno de los grandes problemas para sacar adelante la reforma migratoria ha sido precisamente esta percepción que se ha tenido a la distancia sobre el problema que representa la frontera”, consideró Christopgher Wilson, experto en seguridad fronteriza y relaciones bilaterales del Instituto de México en el Centro Woodrow Wilson.
“No sabemos si esto traerá consigo el éxito de la reforma migratoria.Pero es un síntoma in equivoco de que la conversación ha progresado y cobra mayor sentido común. La conversación aún no termina, pero al menos ha cambiado de tono”, añadió en alusión al mensaje que han enarbolado los republicanos y que se ha ido diluyendo para arrebatarles uno de sus argumentos más poderosos ante su electorado.
Entre las razones para entender este cambio en la percepción de la seguridad fronteriza, uno de los principales factores ha sido el aumento sin precedentes del presupuesto para reforzar la seguridad fronteriza con México --el presupuesto de la Patrulla Fronteriza se ha multiplicado por 10 desde 1993, según cifras del Instituto de Políticas Migratorias--, además del endurecimiento de la campaña de redadas y deportaciones durante la administración de Barack Obama.
Según el recuento de distintas organizaciones, el gobierno de Obama superará los dos millones de deportados el próximo mes de marzo.