WASHINGTON, DC.
Los homicidios se disparan en Estados Unidos y prende alarmas del gobierno de Obama.
Este año ha traído una inusitada violencia al país.
Una niña de cinco meses murió este mes en Cleveland en un tiroteo. Siete personas fueron asesinadas en Chicago, incluido un niño de 7 años, en la semana del 4 de julio. Una joven periodista en Washington, D.C. fue impactada mortalmente por una bala en mayo mientras esperaba para cambiar de autobús.
El crimen violento a menudo ha sido preocupación de los gobiernos locales y un problema que ha ido en declive. Pero el aumento en el total de homicidios en la mayoría de las principales ciudades de Estados Unidos ha encendido alarmas dentro del gobierno de Obama, y los funcionarios federales han estado señalando el problema ante el Congreso, en conferencias y en discursos.
El Departamento de Justicia organizó este mes una cumbre de intercambio de ideas con los alcaldes y jefes de la policía. El director del FBI, James Comey, dijo la semana pasada que el “muy inquietante” repunte de homicidios tiene a las fuerzas policiacas desesperadas por averiguar por qué está sucediendo ahora y en tantas ciudades que aparentemente tienen poco en común.
“Está pasando en todo el país y está sucediendo todo en los últimos 10 meses”, declaró Comey ante la Comisión Judicial del Congreso. “Por lo que muchos de nosotros en las fuerzas policiacas estamos conversando y tratando de entender qué está ocurriendo en este país. ¿Cómo se explica el mapa? ¿Cómo se explica el calendario?”.
El presidente Barack Obama compareció el martes en Chicago ante la Asociación Internacional de Jefes de Policía, donde defendió a los agentes de la policía y dijo que ellos han sido el chivo expiatorio de los fracasos de la sociedad y del sistema de justicia criminal. También se esperaba que hablara la fiscal general, Loretta Lynch, pero su presencia fue cancelada porque no se sentía bien.
Aunque las cifras van en aumento, no están ni cerca de los niveles de principios de la década de 1990, cuando la epidemia de crack y cocaína contribuyó a cientos de homicidios al año en las ciudades más grandes.
Aun así, las autoridades federales están preocupadas, ya que la tendencia actual se presenta luego de que una serie de tiroteos de gran repercusión mediática que condujeron a una brecha entre la policía y sus comunidades, y colocaron las tácticas policiacas bajo un escrutinio extraordinario. Cada ocasión que se perciba mala conducta de un oficial, y cada vez que un agente es atacado físicamente mientras patrulla, corre el riesgo de ampliar esa división, afirmó Comey.
El repunte, si continúa, amenaza con desviar recursos de otras iniciativas del departamento de policía y revertir algunos de los progresos que las ciudades han hecho en contra del crimen violento durante las últimas dos décadas.
Washington, D.C., que en 2012 registró sólo 88 homicidios, ya tiene 128 este año. La policía de Chicago contó 385 asesinatos al 18 de octubre, superiores a los 323 ocurridos a la misma fecha el año anterior. En Cleveland, la policía dice que tenían 101 homicidios hasta el viernes, un incremento de los 87 reportados al mismo periodo el año pasado.
No hay una explicación sencilla para el problema, y no está si las cifras de este año son una aberración o el inicio de una tendencia.