Washington.
Coincide con la reunión multilateral de Viena del viernes por una solución política.
Estados Unidos se involucra cada vez más en la guerra siria. La Casa Blanca anunció este viernes el despliegue de un pequeño contingente de fuerzas especiales en el norte de Siria para asesorar a rebeldes que luchan contra el Estado Islámico (ISIS en sus siglas en inglés).
Será la primera vez que militares estadounidenses tengan una presencia sostenida en Siria desde el estallido, en 2011, de la guerra civil en ese país, que ha causado al menos 250.000 muertos y ha desplazado a millones de personas.
El presidente Barack Obama introduce cambios en su cautelosa estrategia, como ya hizo hace dos semanas al aplazar la retirada de tropas en Afganistán.
El envío es modesto. Serán menos de 50 soldados de élite, según dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, en su rueda de prensa diaria. Pero el despliegue, en las próximas semanas, supone un nuevo viraje en la ambivalente estrategia del demócrata Obama en Siria. El Pentágono dijo que la cifra podría aumentar si el despliegue es exitoso.
La función de las fuerzas especiales será “entrenar, asesorar y asistir” a unidades de insurgentes moderados que se han ganado la confianza de Washington en su lucha contra el grupo yihadista. El objetivo es lanzar una ofensiva contra Raqqa, el bastión del ISIS en Siria.
En Irak, EE UU cuenta con unos 3.500 militares que asesoran a las fuerzas locales. Es una cifra que ha ido creciendo con el tiempo y que Earnest no descartó que lo vuelva a hacer.
En Siria, igual que en Irak, los militares no tendrán función de combate, como ha repetido como un mantra la Administración Obama desde el inicio, hace más de un año, de su campaña aérea contra el ISIS en Irak y Siria.
Pero su mero despliegue abre la puerta a que tengan que responder a fuego enemigo, como sucedió la semana pasada en Irak cuando un soldado estadounidense murió en una operación para liberar una prisión de los yihadistas.
“Es innegable el riesgo que están tomando”, dijo Earnest, preguntado por la posibilidad de que los militares tengan que entrar en combate en Siria.
En Siria, EE UU se oponía hasta ahora al envío de militares por la enemistad con el régimen de Bachar el Asad. Washington sigue reclamando la salida del presidente sirio y ha intensificado sus esfuerzos diplomáticos con ese fin.
El portavoz de Obama insistió este viernes en que no hay una “solución militar” a los laberintos de Irak y Siria.
A diferencia de Irak, EE UU actúa en Siria sin permiso del Gobierno del país. Pero Washington y Damasco tienen en el ISIS un enemigo en común. También es enemigo de Moscú, fiel aliado del régimen sirio. Rusia bombardea desde hace un mes a milicias opositoras a El Asad. Esos ataques apenas golpean al ISIS.