REYHANLI, TUR.
Cerca de cuarenta personas han muerto ya sea degolladas o lanzadas de edificios.
Ante una multitud de hombres en una calle de la ciudad siria de Palmira, el juez enmascarado del grupo extremista Estado Islámico leyó la sentencia contra dos hombres condenados por homosexualidad: ser arrojados desde el techo del Hotel Wael.
El juez preguntó a uno de los hombres si estaba satisfecho con la sentencia. Le aseguró que la muerte le ayudaría a librarse de su pecado.
“Preferiría que me disparara en la cabeza”, replicó indefenso Hawas Mallah, de 32 años. El otro acusado, Mohamed Salameh, de 21, rogó que le dieran una oportunidad de arrepentirse y prometió no volver jamás a mantener relaciones sexuales con otro hombre, según un testigo en esa mañana soleada de julio que dio a The Associated Press un inusual testimonio de primera mano.
“Llévenselos y arrójenlos”, ordenó el juez. Otros extremistas enmascarados ataron las manos de las víctimas a las espaldas y les vendaron los ojos. Después los llevaron al techo del hotel de cuatro pisos, según el testigo, quien habló en la ciudad turca de Reyhanli con la condición de ser identificado solamente por su propio nombre, Omar, por temor a represalias.
Notorio por sus atrocidades, Estado Islámico se reserva su mayor brutalidad a presuntos homosexuales. Ha difundido videos que muestran a milicianos encapuchados sosteniendo por las piernas a las víctimas antes de arrojarlas al vacío de cabeza o empujándolas desde el borde. Por lo menos 36 hombres en Siria e Irak han sido asesinados por el grupo extremista por cargos de sodomía, según la organización OutRight Action International, con sede en Nueva York, aunque su coordinador para el Oriente Medio y el Norte de Africa, Hossein Alizadeh, dijo que no era posible confirmar la orientación sexual de las víctimas.
El temor a una muerte horrible entre los homosexuales bajo la bota de Estado Islámico se agrava por su aislamiento en una sociedad profundamente conservadora que los desprecia.
Muchos musulmanes consideran pecaminosa la homosexualidad. Los varones homosexuales son acosados constantemente por la posibilidad de que alguien, incluso algún familiar, los denuncie, ya sea para congraciarse con el Estado Islámico o sencillamente por odio debido a su orientación sexual.