CARACAS, VEN.
Colaboradores de Chávez sufren ataques de seguidores de su mismo grupo.
Los ex ministros Jorge Giordani y Héctor Navarro se aprestaban a responder preguntas de la prensa tras presentar un balance contra el gobierno por la derrota en las elecciones parlamentarias, cuando fueron interrumpidos por una veintena de enardecidos manifestantes que se identificaban como seguidores del oficialismo, que ingresaron a un pequeño salón de un hotel capitalino y al grito de “traidores” los obligaron a huir a las carreras el lugar.
El ataque del martes por la mañana que sufrieron Giordani y Navarro, dos estrechos colaboradores del fallecido presidente Hugo Chávez que se distanciaron el año pasado del gobierno, dejó al descubierto las heridas y fricciones que hay entre las filas revolucionarias tras el estrepitoso revés de los comicios parlamentarios, y presagia tiempos turbulentos a lo interno del oficialismo.
“Para nosotros es catastrófico lo que está ocurriendo”, afirmaron los dos ex ministros durante la conferencia de prensa en un hotel del centro de la capital donde presentaron un balance de la crisis que enfrenta el país y criticaron con dureza el desempeño del gobierno del presidente Nicolás Maduro.
“Fracasó la dirigencia del proceso”, dijo Giordani, ex ministro de Planificación de los gobiernos de Chávez y Maduro, y planteó que se hace necesario decretar una “emergencia revolucionaria” y tomar medidas urgentes para enfrentar la crisis.
El ex ministro recordó los cuestionamientos que realizó el año pasado contra el gobierno de Maduro poco después que fue sacado de su cargo cuando confesó que le resultaba “doloroso y alarmante ver una presidencia que no transmite liderazgo, y que parece querer afirmarlo en la repetición, sin la debida coherencia, de los planteamientos como los formulaba Chávez”.
Nicmer Evans, un disidente del oficialismo y que actualmente se desempeña como dirigente de la organización izquierdista Marea Socialista, afirmó que el ataque revela una “ausencia total de comprensión” por parte de la dirigencia oficialista de los planteamientos que vienen haciendo desde hace más de un año los “sectores críticos del proceso revolucionario”.
“El gobierno hizo como un kamikaze que después de estrellar el avión todavía queda vivo y sigue buscando abrir un hueco en la tierra a ver si llega al núcleo, al centro de la tierra, a ver si explota la tierra”, indicó Evans a la Associated Press al criticar la postura que ha asumido el gobierno tras la derrota electoral y su decisión de no oír las recomendaciones de sectores disidentes del oficialismo.
El activista dijo que los ataques contra Giordani y Navarro buscan generar “miedo y temor” dentro de la cúpula del Partido Socialista Unido de Venezuela, pero sostuvo que esas acciones no tendrán efecto debido al creciente descontento que hay por la crisis del país, y el debilitamiento que enfrenta la dirigencia oficialista por el duro revés electoral.
“Lo que viene inevitablemente es una rebelión interna que buscará desplazar los actuales liderazgos y permitir que emerjan otros liderazgo sque puedan conducir el proceso a otras victorias. Eso implica una recomposición de fuerzas a lo interno”, agregó Evans.
La coalición opositora de la Mesa de la Unidad Democrática obtuvo en los comicios del pasado domingo 112 de 167 escaños en la Asamblea Nacional, lo que le dio por primera vez en tres lustros el control del legislativo, mientras que el oficialismo sólo obtuvo 55 diputados.
La “mayoría calificada” le permitiría a la oposición convocar a una Asamblea Constituyente y aprobar una reforma constitucional, así como designar o remover a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, designar a los rectores del Consejo Nacional Electoral o hacer otro tanto en la fiscalía general, el contralor general y el defensor del pueblo, entre otros.