LONDRES, ING.
El mundo reacciona de forma negativa a sus propuestas contra musulmanes.
La propuesta del empresario Donald Trump, aspirante a la nominación republicana para las elecciones presidenciales en Estados Unidos, de prohibir el ingreso de musulmanes a ese país originó el miércoles una creciente ola de críticas internacionales, además de costarle un negocio en Oriente Medio.
Políticos de Israel exigieron que se cancele una visita de Trump prevista para fines de este año, aunque un funcionario de Gobierno dijo que la reunión del 28 de diciembre con el primer ministro, Benjamin Netanyahu, seguía en pie. Mientras, más de 250.000 británicos firmaron una petición en internet para prohibir que el magnate ingrese a Reino Unido.
Una importante cadena de tiendas por departamento de Oriente Medio detuvo las ventas de la línea de lámparas, espejos y cajas para joyas de la marca “Trump Home”, un golpe al bolsillo del empresario inmobiliario.
Los comentarios de Trump fueron condenados por la Casa Blanca, líderes del Congreso estadounidense, Naciones Unidas, los primeros ministros de Francia y Gran Bretaña, una amplia gama de grupos de derechos humanos y civiles y muchos de sus rivales por la nominación republicana y sus potenciales contendores demócratas en los comicios de noviembre de 2016.
Trump, quien lidera las encuestas para ser el representante republicano en esas elecciones, pidió el lunes que se impida el ingreso de musulmanes al país, incluyendo posibles inmigrantes, estudiantes y turistas, a raíz del mortal tiroteo de la semana pasada en California perpetrado por dos musulmanes que, a juicio de las autoridades, se habían radicalizado.
Políticos de izquierda y derecha de Israel, así como legisladores árabes-israelíes, condenaron las declaraciones de Trump y dijeron que su visita debía ser cancelada.
Sin embargo, un funcionario del Gobierno israelí confirmó que la reunión entre Netanyahu y Trump, agendada hace dos semanas, se llevará a cabo el 28 de diciembre.
En Gran Bretaña, el número de personas que firmó la petición exigiendo que se prohíba el ingreso de Trump superaba las 250.000 y crecía rápidamente. No obstante, el ministro de Finanzas, George Osborne, dijo que no debería tomarse una medida de estas características contra el empresario