WASHINGTON, DC.
Trata de obligar a quienes las venden a contar con mayor información.
El presidente Barack Obama se disponía el lunes a exigir que todos los vendedores de armas deberán estar registrados —incluso aquellos que trabajan en ferias o por internet— y que deberán revisar los antecedentes penales de todo comprador.
La medida es un intento por frenar la ola de violencia que azota al país y el presidente está lanzando la iniciativa a pesar de la férrea oposición en el Congreso.
En un intento por derogar la exención especial otorgada a los vendedores en las ferias de armas de fuego, el Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos (ATF por sus siglas en inglés) emitirá nuevas normas según las cuales todo vendedor de armas será considerado comerciante, independientemente de dónde o cómo vende el producto.
Hasta ahora sólo los comerciantes con licencia federal tenían la obligación de revisar los antecedentes de los compradores, y los activistas denunciaban que quienes vendían fuera de las tiendas se aprovechaban de ese vacío legal para hacer ventas sin supervisión.
Las acciones ejecutivas de Obama son menos de lo que esperaban los activistas partidarios de mayores restricciones a la posesión de armas, pero aun así es cosa segura de que se toparán con la resistencia de republicanos y partidarios de la libre tenencia de armas.
“Estamos confiados en que el presidente puede tomar legalmente estas medidas en estos momentos”, declaró la secretaria de Justicia Loretta Lynch.
A fin de evitar que las compras abrumen la capacidad del gobierno para procesarlas, el FBI contratará a 230 expertos adicionales para revisar antecedentes penales, indicó la Casa Blanca.