Washington.
La Casa Blanca se mostró preocupada por las posibles repercusiones en las relaciones con Pekín.
La Casa Blanca que había intentado tranquilizar a China, luego de que el presidente electo Donald Trump habló por teléfono con la líder de Taiwán la semana pasada, lo que según el gobierno actual puede perjudicar los avances en las relaciones con Pekín.
La declaración del portavoz del presidente Barack Obama destacó la preocupación por las posibles repercusiones del inusual llamado de Trump a la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, que suscitó una protesta de Pekín el sábado.
El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo que funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional hablaron dos veces con sus pares chinos el fin de semana para asegurarles el compromiso de Washington con la política de “una sola China”.
El enfoque se ha mantenido por 40 años y tiene como objetivo promover y preservar la paz y la estabilidad en el estrecho que separa a China de Taiwán, lo que es relevante para Estados Unidos, dijo Earnest. “Si el equipo del presidente electo tiene un objetivo diferente, les toca a ellos describirlo”, señaló.
China dijo el lunes que Trump y su equipo de transición tienen clara la posición de China respecto a la llamada telefónica que sostuvo el viernes con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen.