Estados Unidos
El gobierno de Estados Unidos encabezado por Joe Biden llegó este lunes a un acuerdo con la Unión Americana por los Derechos Civiles (ACLU, en inglés) que prohíbe la separación de familias en la frontera durante un plazo de ocho años.
Se trata de una medida que beneficiará a unos cinco mil niños, según estimaciones de ACLU.
“La práctica de separar familias en la frontera suroeste fue vergonzosa”, afirmó ayer el fiscal general Merrick B. Garland en un comunicado del Departamento de Justicia.
Las autoridades también ofrecerán un estatus legal temporal a las familias migrantes separadas en la frontera con México durante la gestión del expresidente Donald Trump.
Es decir, el acuerdo se aplica a familias separadas en la frontera entre el 20 de enero de 2017 y el 20 de enero de 2021.
Además, podría ampliarse a otras siempre que sus circunstancias sean “similares” y lo soliciten.
Bajo la política de “tolerancia cero” contra la migración ilegal aplicada por el expresidente republicano de 2017 a enero de 2021, miles de niños fueron separados de sus familias para desalentar la llegada masiva de migrantes sin visa por la frontera con México.
No obstante, para Lee Gelernt, abogado de la ACLU, que presentó una de las demandas, el acuerdo entierra la política de “tolerancia cero”.
Proporciona importantes beneficios a miles de familias y un componente indispensable impide al gobierno volver a implementar la política de tolerancia cero en el futuro”, aseguró Gelernt en un comunicado.
El acuerdo limita las circunstancias bajo las cuales los padres o tutores legales podrán ser separados de sus hijos durante un periodo de ocho años a partir de su entrada en vigor, pero todavía está supeditado a la aprobación de un tribunal, se lee en el texto.
Sólo podrán ser separados si los padres presentan “un riesgo para la seguridad nacional o pública”, son detenidos por motivos no migratorios, representan una amenaza para el menor, son objeto de una orden de arresto federal o tienen que ser hospitalizados.
Aun en el caso de que se les separe, deberán respetarse ciertas reglas que beneficien a las familias.
Como parte del acuerdo, se mantendrá la comunicación entre ellos, tendrá que documentarse en una base de datos y habrá que suministrar a los progenitores “información suficiente para comprender las razones”.
Además el acuerdo incluye asistencia para que, una vez reunificadas, las familias puedan acceder a permisos de trabajo y de residencia durante tres años, vivienda, cobertura médica y, en algunos casos, ayuda para viajar desde el extranjero.
Con el pacto, las autoridades estadunidenses también están comprometidas a asesorarles en las solicitudes de asilo.