Una empleada de guardería es declarada culpable de la muerte de un bebé de nueve meses tras dejarla boca abajo durante más de 90 minutos. Kate Roughley ha sido condenada por homicidio involuntario de Genevieve Meehan, de nueve meses, quien lamentablemente falleció tras un incidente en una guardería local en Stockport, en Inglaterra en mayo de 2022. La empleada niega los cargos.
Durante un juicio de un mes, los jurados escucharon que Roughley, de 37 años y residente en Heaton Norris, mostraba una "falta de simpatía" hacia los niños, calificando a Genevieve como "vil". Según el testimonio, los padres de Genevieve la dejaron en la guardería el 9 de mayo de 2022. Menos de una hora después, Roughley envolvió a la niña en una manta y la colocó boca abajo en un sillón de descanso.
Después la habría atado. La niña permaneció inmovilizada de esta manera hasta las 3:12 p. m., momento en que Roughley la encontró azul e inconsciente y dio la alarma. Según informes médicos la bebé de 9 meses habría luchado desesperadamente por sobrevivir, pero su llanto y los retorcimientos de su cuerpo eran repetidamente ignorados.
A pesar de los esfuerzos del personal y los paramédicos por revivirla, la bebé fue declarada muerta en el hospital ese mismo día. La causa de su muerte se registró como una combinación de asfixia y estrés fisiopatológico. En su testimonio, la cuidadora negó haberse "ensañado" con la bebé y afirmó que su cuidado no hubiera sido diferente a cualquier otro niño.
Sin embargo, se declaró responsable de la muerte de Genevieve debido a que estaba bajo su cuidado ese día, aunque no consideró que sus acciones fueran la causa directa del fallecimiento.