Vecinos aterrados presenciaron el dramático esfuerzo de los paramédicos por salvar a Angeline Mahal, de 50 años, después de que fuera atacada y mutilada por sus propias mascotas, dos perros de raza ‘XL Bully’, en Cornwall Close, Hornchurch, en Londres. Agentes policiales, equipados con escudos antidisturbios, intervinieron para contener a los animales. A pesar de los esfuerzos de los equipos médicos, Mahal fue declarada fallecida en el lugar.
Los dos perros involucrados fueron asegurados y llevados bajo custodia después de ser contenidos en una habitación. Un familiar, reveló hoy que Mahal había tenido a los perros "desde que eran cachorros", pero sugirió que solo uno de ellos habría participado en el ataque. Expresó también, su consternación y compartió sus intentos previos de persuadir a Mahal para que considerara renunciar a los perros.
Especialmente después de un trágico incidente similar con un perro de esa raza en Jaywick, donde falleció una abuela. El familiar también hizo un llamado a los propietarios de razas XL Bully a tomar medidas si notan comportamientos agresivos en sus mascotas. Desde el 1 de febrero, de este año, poseer un perro de raza XL Bully sin un certificado de exención se considera un delito penal en Inglaterra y Gales.
Las regulaciones incluyen la castración obligatoria, el microchip, así como el uso de bozal y correa en lugares públicos, entre otras restricciones. Esta decisión gubernamental se tomó en respuesta a un aumento preocupante de ataques de perros en el país. Según datos de la Oficina de Estadísticas Nacionales, en 2023 se registraron 16 muertes debido a estos ataques, un aumento significativo en comparación con años anteriores.