En la ciudad de Nueva York, la situación de los migrantes se ha vuelto cada vez más precaria debido a las restricciones impuestas en los albergues temporales. Más de 250 solicitantes de asilo fueron desalojados desde el 27 de mayo, y se espera que otros 6,500 reciban notificaciones de desalojo en los próximos meses. Estas medidas, impulsadas por el alcalde Erick Adams, buscan reducir los recursos destinados a los migrantes en la ciudad, argumentando que algunos recién llegados se han visto involucrados en actividades delictivas.
La llegada de 183,000 migrantes en los últimos dos años, muchos de ellos provenientes de la frontera con México por órdenes del gobernador de Texas, ha generado tensiones en la ciudad considerada Santuario. Las organizaciones advierten sobre las consecuencias de estas restricciones, ya que muchos solicitantes de asilo podrían quedarse sin opciones de vivienda y verse obligados a dormir en las calles debido a la falta de oportunidades de empleo.
Las normas establecidas indican que los migrantes mayores de 30 años sin hijos no podrán permanecer en los albergues por más de 30 días, a menos que demuestren situaciones excepcionales como procedimientos de inmigración pendientes o problemas médicos. Por su parte, las familias con niños podrán alojarse en los albergues por un período de hasta 60 días. Esta situación ha generado preocupación entre la comunidad migrante y las organizaciones que abogan por sus derechos en la ciudad de Nueva York.