Para muchas familias de víctimas y estudiantes, esta demolición representa un "alivio indescriptible que les ayudará a respirar mejor", según mencionaron a EFE.
Yelitza Martínez, madre de Alejandra, quien vivió horas de angustia durante el tiroteo, expresó que "el trauma se activa para todos cuando lo vemos", y no pudo contener las lágrimas.
La demolición de este edificio, donde se perdieron vidas valiosas, es considerada como una parte necesaria para avanzar en el proceso de sanación. Tony Montalto, presidente de Stand with Parkland, destacó la importancia de este paso para seguir adelante en la lucha contra la violencia armada en las escuelas.
La comunidad se une en este momento de cambio. Adam Holtz, un exalumno, relató: "Yo estudiaba aquí. Estaba en el edificio de al lado, pero uno de mis amigos fue herido. Tenía que venir y verlo por mis propios ojos".
Aunque las autoridades invitaron a las familias afectadas a presenciar la demolición, algunos prefirieron no hacerlo, como Martínez, quien expresó su dolor y su deseo de no recordar ese fatídico día de manera constante en su entorno.
La demolición durará semanas, pero aún no se ha anunciado qué se construirá en su lugar. Sin embargo, la sugerencia de un monumento conmemorativo permanente ha resonado entre alumnos, profesores y familiares.
Este paso hacia adelante es parte del proceso de sanación y reconstrucción de la comunidad de Parkland, que busca cerrar un capítulo doloroso y honrar la memoria de quienes perdieron la vida en esa trágica jornada.
La demolición del edificio de Parkland es un paso simbólico en la búsqueda de justicia y sanación, un recordatorio de la resiliencia de una comunidad que se une en la adversidad para construir un futuro mejor.