Washington - El anuncio realizado por el presidente Joe Biden revela un nuevo programa que busca regularizar la situación de miles de migrantes que residen en el país sin estatus legal. Aunque las políticas entrarán en vigor en unos meses, representan el primer paso hacia la obtención de un permiso de residencia, un proceso que puede extenderse durante años.
La base de este programa radica en el "parole", una figura legal que brinda protección contra la deportación a aquellos que ya se encuentran en suelo estadounidense y les permite solicitar un permiso de trabajo. Este documento, con una duración de tres años, permitirá a los migrantes que ingresaron de manera irregular y están casados con ciudadanos estadounidenses postularse para obtener la residencia y, eventualmente, la ciudadanía.
Uno de los funcionarios a cargo de la medida enfatizó que estas personas tienen vínculos profundos con sus familias y comunidades en Estados Unidos. Este alivio migratorio se consolida como uno de los más significativos desde la creación, en 2012, del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia durante la Administración de Barack Obama, el cual ha beneficiado a más de 800 mil migrantes con permisos de trabajo y protección ante la deportación.
La decisión, que impactará principalmente a las personas casadas con ciudadanos estadounidenses, llega en un momento crucial a menos de cinco meses de unas elecciones presidenciales donde la gestión de la migración se ha posicionado como uno de los temas más relevantes para los ciudadanos estadounidenses.
Este anuncio representa una luz de esperanza para aquellos migrantes que han luchado por encontrar estabilidad y seguridad en suelo estadounidense, brindándoles una oportunidad tangible de regularizar su situación y construir un futuro más sólido junto a sus seres queridos.