La noche del 12 de agosto, una persecución policial en Newark, Nueva Jersey, terminó con el conductor de una SUV robada muerto y un oficial herido. Los detalles del incidente, que se dieron a conocer al público por la oficina del Fiscal General de Nueva Jersey, resaltan la peligrosidad de este tipo de situaciones y los riesgos que enfrentan los oficiales en el cumplimiento de su deber.
Todo comenzó alrededor de las 8:34 p.m. cuando dos oficiales encontraron una SUV robada con dos hombres dentro. Uno estaba en el asiento del pasajero y su identidad no se ha revelado, mientras que el del conductor sigue siendo desconocido. Al intentar detener al conductor, este embistió el vehículo policial. Un oficial disparó al conductor, quien continuó manejando hasta estrellarse contra un edificio y varios automóviles estacionados.
Un detalle que no se ha hecho público, y que según las fuentes, ha generado preocupación en el seno de la policía, es que el conductor, además de la herida de bala, presentaba otras lesiones que podrían apuntar a una posible lucha durante el robo del vehículo. Se desconoce si el otro hombre involucrado en el incidente, el pasajero de la SUV, estaba relacionado con el robo o si se trató de un acto de violencia aleatorio.
Se trata de un caso complejo con varios elementos que deben ser analizados detenidamente. Debemos garantizar que la investigación sea justa y transparente, y que todos los detalles sean cuidadosamente examinados para evitar cualquier tipo de especulación, declaró el Fiscal General de Nueva Jersey
La investigación del incidente continúa abierta. La policía de Newark, así como la oficina del Fiscal General, trabajan para determinar las causas del accidente y el comportamiento de los oficiales durante el incidente.