¿Quién ha tomado el lugar de María Branyas Morera como la persona más longeva del mundo?

Tras el fallecimiento de María Branyas Morera, la japonesa Tomiko Itooka, con 116 años, se ha convertido en la persona más longeva del mundo, llevando este título con humildad

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En la ciudad japonesa de Ashiya, Tomiko Itooka se ha convertido en la persona más longeva del mundo, con 116 años y 89 días. Tras el fallecimiento de la española María Branyas Morera, quien ostentaba el récord hasta ese momento con 117 años, Itooka fue oficialmente reconocida como la nueva decana de la longevidad mundial. Desde su residencia en Japón, lleva con orgullo este título.

El Gerontology Research Group, responsable de verificar los récords de longevidad, ha confirmado que Tomiko Itooka es oficialmente la persona más longeva del mundo. El pasado 23 de mayo, Tomiko Itooka celebró su cumpleaños número 116 acompañada por el alcalde de Ashiya, Ryosuke Takashima, quien le dedicó un emotivo discurso lleno de admiración. Aunque la celebración fue sencilla, reflejó la vida tranquila y discreta de una mujer que ahora es reconocida internacionalmente.

Tomiko Itooka nació el 23 de mayo de 1908 en Osaka y ha llevado una vida dedicada a su familia y comunidad. Como la mayor de tres hermanos, desde joven mostró un carácter firme y una gran determinación, cualidades que la acompañaron siempre. A los 20 años se casó y, un año después, se convirtió en madre. Durante la Segunda Guerra Mundial, mientras su esposo luchaba en el frente, Itooka trabajó en una fábrica textil, enfrentando los desafíos de esa difícil época.

Incluso en su vejez, Tomiko Itooka se mantuvo increíblemente activa. A los 80 años, participó en la famosa peregrinación de los 33 Kannon de Osaka, una ruta de devoción budista que requiere gran resistencia. Sorprendentemente, hasta los 100 años, continuó subiendo los empinados escalones del santuario de piedra en Ashiya sin necesidad de un bastón. Además, era conocida por su amor por la jardinería, una actividad que practicó durante muchos años, y por su dedicación a las prácticas tradicionales japonesas, como la ceremonia del té. Su vida activa y su profundo respeto por las tradiciones la han convertido en una figura admirada por muchos.

Muchos se preguntan cuál es el secreto de la longevidad de Tomiko Itooka. Algunos creen que se debe a su actividad física y su dieta tradicional, en la que nunca falta el Calpis, una bebida de leche fermentada que toma religiosamente cada mañana. Otros destacan su actitud positiva y su fortaleza de carácter. A pesar de su avanzada edad y algunas dificultades auditivas, Itooka sigue siendo lúcida y comunicativa, aunque en los últimos años ha pasado la mayor parte del tiempo descansando en su cama.

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