Kamala Harris se plantó en Milwaukee desafiando a Donald Trump en su propio terreno. La vicepresidenta no se conformó con hablar en la Convención Demócrata de Chicago, sino que viajó a la ciudad donde, en julio, se llevó a cabo la Convención Nacional Republicana. El mismo escenario donde Donald Trump, su rival en las urnas, aceptó la candidatura a la Casa Blanca.
La decisión de Harris de organizar un mitin en el Fiserv Forum, la cancha de los Bucks, fue una estrategia arriesgada, pero también un movimiento inteligente. No solo recuperó para el imaginario demócrata un escenario emblemático para el partido contrario, sino que además dio un golpe de efecto en Wisconsin, un estado crucial en las próximas elecciones.
Unas 15.000 personas asistieron al estadio mientras se llevaba a cabo la segunda jornada de la Convención Demócrata en Chicago, a una hora y media de distancia. En el evento, Kamala Harris y su compañero de fórmula, Tim Walz, gobernador de Minnesota, se presentaron como la opción para defender la libertad en Estados Unidos. Su mensaje fue particularmente bien recibido por las mujeres presentes, quienes participaron activamente, acompañadas por himnos feministas de artistas como Cindy Lauper y Beyoncé.
"Esto no va de nosotros contra Trump", afirmó Harris. "Esto va de dos visiones muy diferentes de América. Una se centra en el futuro, la otra, en el pasado". Y en Wisconsin, Harris dejó claro que lucha por el futuro, un futuro donde las mujeres tienen el poder de decidir sobre sus propios cuerpos, donde se reduce el costo de la vida y donde se prioriza el bienestar de la clase media.
Mientras Harris hablaba en Milwaukee, su discurso fue transmitido en la Convención Demócrata de Chicago. Inspirados por su mensaje, los delegados la votaron unánimemente como candidata oficial del partido. La visita de Harris a Milwaukee destacó la continuidad de la carrera presidencial. Con un discurso apasionado y una fuerte conexión con la gente, Harris demostró estar preparada para los desafíos.