La medida propuesta pretende eliminar las restricciones al aborto antes de la viabilidad fetal, alrededor de la semana 24, con excepciones para proteger la salud de la madre. Inicialmente, Donald Trump consideró que un plazo de seis semanas era insuficiente para que las mujeres decidieran sobre el aborto. Sin embargo, después de la presión de grupos antiaborto, Trump se retractó, afirmando que la medida permitiría abortos hasta el noveno mes, lo que calificó de "situación ridícula".
La reacción del ex presidente no se hizo esperar, provocando una ola de críticas de parte de grupoB generado preocupación en el seno del partido republicano, donde algunos temen que su cambio de postura pueda alienar a los votantes, especialmente después de que la Corte Suprema revocara Roe v. Wade. El debate sobre el aborto se ha convertido en un tema central en las próximas elecciones presidenciales, con ambos partidos luchando por el apoyo de los votantes en un tema tan polarizador.
La situación en Florida ha puesto de manifiesto la complejidad del debate sobre el aborto, mostrando las profundas divisiones que existen en la sociedad estadounidense. La posición de Trump en este asunto, llena de contradicciones y cambios de opinión, ha dejado en evidencia la fragilidad de su base de apoyo, especialmente entre los grupos antiaborto, quienes ahora cuestionan su compromiso con la causa.