Su objetivo principal era probar la eficacia de la tecnología de desviación de asteroides mediante un impacto cinético, pero este evento también podría dar lugar a la primera lluvia de meteoros creada por el hombre.
Los científicos han estado monitoreando el impacto durante casi dos años utilizando telescopios terrestres y han llegado a la conclusión de que la misión fue un éxito, ya que la nave espacial logró cambiar la trayectoria de Dimorphos, acortando su período orbital alrededor del asteroide padre Didymos en 32 a 33 minutos.
Sin embargo, el impacto también generó más de 2 millones de libras (casi 1 millón de kilogramos) de rocas y polvo, lo que plantea una nueva pregunta: ¿dónde terminará todo ese material?
Un nuevo estudio, aceptado para su publicación en The Planetary Science Journal, sugiere que fragmentos de Dimorphos podrían llegar a las cercanías de la Tierra y Marte en un plazo de una a tres décadas, con la posibilidad de que algunos restos alcancen el planeta rojo dentro de siete años.
Es probable que los residuos más pequeños lleguen a la atmósfera terrestre dentro de los próximos 10 años. Estos fragmentos, del tamaño de un grano de arena hasta un teléfono inteligente, no representan ningún peligro para la Tierra, ya que se desintegrarían en la atmósfera superior por fricción.
El estudio, liderado por Eloy Peña Asensio, investigador posdoctoral del grupo de investigación de Astrodinámica Espacial y Tecnología de la Universidad Politécnica de Milán, Italia, utilizó datos del satélite LICIACube, que se separó de DART antes del impacto para capturar imágenes del choque y la nube de escombros.
Las simulaciones por computadora confirmaron que algunos fragmentos podrían llegar a Marte si son expulsados de Dimorphos a una velocidad de 1,118 millas por hora (500 metros por segundo). Por otro lado, otros residuos más pequeños y rápidos, que viajan a 3,579 millas por hora (1,600 metros por segundo), podrían alcanzar la Tierra.
Aunque la probabilidad de que ocurra una lluvia de meteoros de Dimorphids en la Tierra es baja, no se puede descartar. Si llegara a suceder, sería una lluvia de meteoros pequeña y débil, visible principalmente en el hemisferio sur, cerca de la constelación de Indus.
Los científicos esperan que la misión Hera de la Agencia Espacial Europea, que se lanzará en octubre para observar las consecuencias del impacto de DART, proporcione información crucial sobre la evolución dinámica de los escombros liberados por el impacto. La llegada de Hera al sistema de asteroides a finales de 2026 permitirá un estudio más profundo de la composición y la masa de Dimorphos, así como determinar la cantidad de impulso transferido del vehículo espacial al asteroide.
La investigación sobre los restos del impacto de DART ofrece una oportunidad única para comprender mejor la dinámica de los impactos de asteroides y su posible influencia en la Tierra y otros cuerpos celestes. Los resultados del estudio, junto con las observaciones de la misión Hera, ayudarán a mejorar la comprensión de los mecanismos de defensa planetaria y a preparar a la humanidad para futuras amenazas.