Kamala Harris y Donald Trump, dos figuras que representan polos opuestos en la historia estadounidense, se enfrentan en un debate que promete ser un espectáculo lleno de chispas.
Harris, la primera mujer de ascendencia afroamericana y asiática en contender por la presidencia, llega al debate con una estrategia definida. Los últimos días han sido una maratón de preparación intensa, encerrada en un hotel, afilando cada argumento para enfrentar a Trump.
Del otro lado, Trump, conocido por su estilo impredecible, parece haber optado por una estrategia más relajada. Aunque las encuestas lo muestran ligeramente arriba en las preferencias del electorado, la presión sobre él es evidente.
Se espera que Harris, con su sólido respaldo entre las mujeres, ataque a Trump por sus posturas sobre el derecho al aborto, especialmente después de sus recientes declaraciones, que para muchos son contradictorias.
En contrapartida, se anticipa que Trump centre su ataque en temas como la economía y la inmigración, temas que suelen resonar con su base de apoyo.
El debate, que se llevará a cabo en Pennsylvania, un estado crucial en la elección, será un pulso directo entre dos visiones de América. Las cámaras enfocarán a dos figuras que encarnan la lucha por el futuro del país, y cada palabra tendrá un peso decisivo en la opinión pública.
El reloj avanza, la expectación crece, y la noche promete ser un capítulo memorable en la historia de las elecciones estadounidenses.